jueves, 19 de mayo de 2016

ISCHIGUALASTO Y EL VALLE DE LA LUNA (PROF. DR. GUILLERMO ALFREDO TERRERA)

El siguiente relato pertenece al prácticamente inhallable libro del recordado y polémico profesor Guillermo Alfredo Terrera Cuentos de un Mundo Perdido (1993). El creador de la Escuela primordial de las Antípodas para el estudio de las ciencias del hombre, nos refiere algunos misterios de esa zona de nuestro país.


En la provincia de San Juan y no muy lejos de Talampaya, existen unos lugares, donde la vida cotidiana parece haberse detenido y es dable contemplar escenas geológicas de hace lo menos un millón de años atrás. Es tan solo una parte del antiguo Planeta Tierra, con sus primitivas formas de vida, tanto geológicas como paleontológicas y hasta esos lugares, fueron grupos de estudiosos, para recorrer esos parajes y ordenar así, sus conocimientos físicos y metafísicos. Lo inconcebible en esa privilegiada región, es que personal de empresas particulares, están cambiando las perspectivas naturales y destruyen, con finalidad turística, todo lo auténtico que poseía, poniendo piedras, donde no existían, sacando otras de sus lugares donde las puso la naturaleza, llevándolas a sitios de ex profeso o pintando esas rocas de diversos colores, para que los turistas vean un panorama distinto y posiblemente más comercial o que dé mejores ganancias, a quién los hace. Posiblemente están convencidos que construyen un Valle Perdido o algo por el estilo, cuando en otras ocasiones, dejaron que Universidades extranjeras o "inteligentes investigadores" de diferentes países, se llevaran por camiones y grandes aviones, nuestra riqueza cultural que es patrimonio de todos los argentinos honrados y conscientes. Tanto en Ischigualasto como en el Valle de la Luna, nuestros estudiosos han observado la presencia increíble pero cierta, de seres primitivos, de muy baja estatura, con un promedio de 1,40 metros que observaban a nuestros investigadores, desde atrás de grandes piedras y han podido determinar con exactitud que esos seres humanos, son de aspecto muy primitivo y poseen una cola de alrededor de 10 centímetros de largo, insertada en la terminación de su coxis, como en los perros o caballos, para dar un ejemplo terminante, pero de forma cuadrada, tal como le queda a las ovejas, cuando son descoladas, para posibilitar la cópula con los carneros. Estos seres de cola cuadrada y reducida a solo 10 centímetros de tamaño, viven en otra dimensión que nosotros, pues aparecen y desaparecen entre las piedras y la tierra, por donde nos observan y nadie puede establecer a ciencia cierta, donde se introducen y en que momento lo hacen. Es muy posible que estos seres primitivos, al menos para nosotros, los hombres actuales, se resguarden en el interior de la Tierra, pues muchos portan en sus manos, "huaras" o "Waras", especie de linternas de algo similar a los rayos lasser o infrarrojos de nuestra pretendida civilización tecnológica de los años 1993. Estos seres de piernas cortas, algo gruesos, de enmarañada melena, ojos saltones, baja estatura y cráneos marcadamente braquicéfalos, son inquietos, se expresan guturalmente y tienen una presencia física desagradable, sobre todo, a los seres humanos que nosotros estamos acostumbrados a contemplar. No sabemos, pues no hemos querido preguntarles si los operarios que manejan los tractores o camiones, con que están cambiando la fisonomía de Ischigualasto y del Valle de la Luna, han establecido contacto, por lo menos visual, con esos seres quizás intraterrenos. Los famosos "pasus" de nuestro tiempo histórico pueden no haberlos visto ni presentido su cercanía, imbuidos como están, de un materialismo total y de una actitud desaprensiva e ignorante, de todas estas verdades metafísicas e intraterrenas. 


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miércoles, 11 de mayo de 2016

DÉBORA GOLDSTERN. SECRETOS SUBTERRÁNEOS DE LOS MUNDOS OLVIDADOS

Hay que decir que sobre el misterio de la Cueva de los Tayos se ha escrito mucho a través de los años e investigado realmente poco. Antes  que Internet sea una fuente universal de información (y desinformación casi al mismo nivel), solo conocíamos esta historia de pluma de Erich Von Daniken  (El oro de los Dioses, 1974) y en mucha menor medida por el libro “Los Intraterrestres existen” (1980) de dos autores franceses, y por diferentes artículos en revistas de enigmas y misterios (periodistas como Faber Kaiser, Alex Chionetti, Villarrubia Mauso abordaron la cuestión). Tal vez el sorprendente Austerria, los Túneles de Agharta en América (2010) del investigador Javier Stagnaro sea la excepción. Pero nos faltaba a los aficionados a la historia ocultada y subterránea de Amerika, una investigación que ordenara y relacionara las piezas de este puzzle. Por eso doy la más calurosa bienvenida a esta obra de la “investigadora rebelde” Débora Goldstern.
 Quienes en mayor o menor medida rondamos por los misterios subterráneos, sabemos apreciar el trabajo de años y los datos reveladores aportados por Débora en esta su Magnum Opus.
  Daniken, el mítico padre Crespi, la expedición inglesa del año 76, el abogado ecuatoriano Peña Matheus, el espeleólogo argentino Julio Goyén Aguado y su biógrafo Guillermo Aguirre, Faber Kaiser, y un largo etcétera, y por supuesto el Leit motiv de esta historia: el enigmático descubridor de los “tesoros de los Tayos”: Juan Moricz, desfilan por las páginas del libro, permitiendo a Débora atar cabos, guiarnos como Virgilio al Dante y no dejarnos perdidos en la confusión y el descrédito.
 Es para mi enormemente destacable la información presentada por la autora desde la lejana Hungría tapando baches donde solo desconocimiento había.

 ¿Recomendar este libro?...  Me parece que a esta altura de lo escrito, sería redundante.
Con Débora Goldstern (dedicándome su libro)

sábado, 7 de mayo de 2016

DANIEL RUZO. EN LA SENDA DE NOSTRADAMUS


Continuando con la obra del esoterísta peruano Daniel Ruzo (1900-1991), y gracias a la colaboración invaluable del rastreador de viejos archivos Javier Stagnaro, desempolvamos una muy interesante entrevista publicada por la revista Panorama, año XIV, n°8, Enero 1977.

Nacido en Lima, Daniel Ruzo es, a los 75 años, el mayor especialista mundial en Nostradamus. Vinculado a la revista Planeta Ruzo recorrió el mundo en busca de las huellas de una humanidad desaparecida hace 40 mil años. "A mi juicio —dice, refiriéndose a los textos de Nostradamus— estamos frente al documento profético más formidable en relación con la catástrofe apocalíptica que nos espera".

Daniel Ruzo definitivamente no es de esta época. Pertenece a una corriente que casi desapareció en el siglo XIX -el esoterismo como ciencia- y cuyas figuras contemporáneas son tan escasas que se pueden contar con los dedos. Ruzo es un sabio esotérico, un investigador ocultista con una erudición sobre los llamados "conocimientos tradicionales" suficiente para aterrar a los lectores ávidos de escritura charlatanesca. Sin embargo, su obra múltiple, acumulada y enriquecida a lo largo de cincuenta años de investigación, ofrece un aspecto apasionante para el lector común y corriente. Al igual que los ocultistas del siglo XIX que se lanzaron en pos de la Atlántida y de otras civilizaciones míticas, Daniel Ruzo ha buscado durante toda su vida las huellas de una humanidad desaparecida hace más de 40.000 años. Armado con un formidable equipo fotográfico ha viajado por todo el mundo documentando sus hallazgos en una forma que envidiarían los viejos cabalistas. A los 75 años, es el principal especialista en Nostradamus. Propietario de la más completa colección de libros que haya en el mundo sobre el profeta provenzal, también es una autoridad en lo que él llama protohistoria, y ha descubierto
importantes esculturas en diversos países. Nació en Lima, Perú, en 1900; desde 1957 se ha dedicado a la conclusión y publicación de los estudios e investigaciones que realizó toda su vida sobre profecía, protohistoria, simbolismo, religiones comparadas, cronología, criptografía y mitología. Durante más de cincuenta años reunió una impresionante biblioteca de ciencias ocultas, especializada en profecía y particularmente en Nostradamus, que le ha permitido estudiar las fuentes más fidedignas de la literatura esotérica. También durante toda su vida ha sido un arqueólogo sui generis que desafía a la ciencia oficial. Actualmente Daniel Ruzo es un escritor de éxito. Tras su primer libro, Los últimos días del Apocalipsis (1970), publicado en México, Paras y Río de Janeiro, La historia fantástica de un descubrimiento (1975) se está convirtiendo en uno de los primeros bestsellers esotéricos de autor latinoamericano. Hace apenas dos meses apareció en España su nuevo libro, El testamento auténtico de Nostradamus. un impresionante estudio sobre el profeta basado en documentos que nadie había usado jamás. Ruzo ha descubierto la clave indispensable para descifrar la obra completa de Nostradamus en un texto olvidado por todos sus intérpretes: el testamento del profeta. El texto está destinado a conmocionar a especialistas y público en general. 
 Se dice que usted posee la colección más completa de Nostradamus jamás reunida. ¿Cómo fue que formó esta colección y cuál es. aproximadamente, su valor? 
 Durante 19 años yo estudié a Nostradamus en obras y ediciones corrientes, españolas y francesas. Pero, después de tanto tiempo, comprendí que sin una documentación más especializada no podría darme cuenta de lo que en realidad dijo Nostradamus. Fue por eso que en el año 46, aprovechando el fin de la guerra, fui a Europa y empecé a comprarme todo lo que encontré sobre el profeta. Me puse en contacto con los grandes libreros que venden piezas antiguas, principalmente en París, y así fui formando una biblioteca que hoy es una cosa muy notable, imposible de rehacer. Tengo ejemplares únicos que ni las grandes bibliotecas oficiales poseen. La tengo guardada en una caja de seguridad en Nueva York y calculo que allá cuesta, en estos momentos, alrededor de medio millón de dólares. 
 Para el público que lo conoce como autor esotérico, su nombre está ligado muy estrechamente al famoso "El retorno de los brujos" de Louis Pauwels y Jacques Bergier. donde usted aparece citado en relación a sus investigaciones sobre la cultura Masma. ¿Qué lazos lo unen con estos autores y qué opina de su obra? 
 Bueno, mi relación con Bergier, principalmente, ha sido muy antigua. muy anterior a la aparición de su libro y de la revista Planéte. Lo considero un tipo excepcional y he llevado con él una gran amistad. Una vez por año lo veía en París. Nuestra relación ha sido fundamentalmente amistosa. Respecto a la obra que llevó a cabo con Pauwels, primero con la publicación de El retorno de los brujos y después con Planéte, pienso que alcanzó gran difusión porque mostró al público un nuevo e importante enfoque intelectual. Fue el principio de todo este movimiento publicitario, que crece cada día, alrededor de las cosas que están al margen de la ciencia, como el ocultismo y la mística. Ellos lanzaron a muchos desconocidos que estábamos en el límite de la ciencia, cada uno en su especialidad. Antes de que apareciera su obra nos ignoraban por completo; después una buena parte del público empezó a escuchar lo que decíamos. Esta es para mí la importancia capital de la obra de Pauwels y Bergier.
En este sentido. usted. junto con los otros autores que lanzó "El retorno de los brujos", sería
un disidente, un "fuera de la ley" a los ojos de la ciencia oficial. ¿No le incomoda esta situación?
  ¡Por supuesto que no! Vea usted, ¿por qué somos tantos los que estamos al margen de la ciencia, los que llevamos nuestros estudios más allá de sus límites? Somos muchos porque la ciencia no nos ofrece respuestas satisfactorias a ciertas cuestiones fundamentales. Nosotros, defraudados por la ciencia dogmática y autoritaria, buscamos esas respuestas con métodos muy distintos a los suyos. ¿Nunca intentó que sus estudios fueran financiados por una universidad o alguna otra institución oficial, como sucede normalmente con los investigadores? 
 Volvemos sobre lo mismo. Usted comprende que ninguna universidad le va a dar dinero a un individuo para que haga y piense como yo. No es posible. Soy antiuniversitario, los universitarios aprenden por detrás, con las posaderas, sobando las bancas en que se sientan a escuchar a sus maestros. Después se limitarán a repetir lo que les dijeron. ¡Y hay que ver las mentiras que sostienen, por ejemplo, los historiadores de las religiones! ¡Hay que ver cómo estudian el simbolismo religioso, los mamotretos que hacen! Ninguno trasciende la línea fijada por la universidad. Si pasa esa línea ya no es universitario y entonces no le pagan, no le dan cátedras, no le dan nada. ¡Qué van a atreverse a pasar la línea!
Respecto a su vida de viajero, ¿qué impresiones le han quedado?
  Cuando tomo una ruta cualquiera, ya sea de Europa o de América, me pongo a pensar cuántas veces la he recorrido en el pasado. ¿20? ¿30? No lo sé, he perdido la cuenta. Ahora con los aviones los viajes resultan maravillosos, los hace uno dentro de sí mismo. No hay paisaje que nos distraiga. Se necesita ser turista -animal fabricado por la propaganda- para creer que el fin de un viaje es distraerse, divertirse. El antiguo viajero todavía encontraba algo interesante en el paisaje, y eso porque no existía el cine. Actualmente cualquier película supera a un viaje, es más divertida, más intensa. Para mí, los viajes han sido siempre un medio, nunca un fin. Además de mis viajes como explorador por 5 continentes, he viajado para vivir en distintas ciudades. He residido en París, Buenos Aires. Río de Janeiro, Lima, Caracas, y ahora Cuernavaca.
¿Cómo llegó a interesarse en Nostradamus? 
En el año 27 leí un libro que me había enviado de París un amigo que era cónsul. Se trataba de uno de los libros más interesantes que se han escrito sobre Nostradamus. Su autor era Piobb. Entonces empecé a estudiarlo. Pero como dije, no fue sino hasta 1946 que comencé a reunir la documentación necesaria para un estudio profundo de tan difícil profeta. A cada paso de mi investigación fui comprendiendo que él había tenido acceso a información muy antigua, lo suficiente como para que se le pueda considerar. en astronomía, muy por encima de sus contemporáneos. Eso lo tengo absolutamente probado. Nostradamus murió en 1566, y en 1634 han condenado a Galileo por cosas menos importantes que las que él dijo. Copérnico admite que publiquen su obra en 1540, dedicándosela al Papa para que lo libre de la calumnia; es protegido de cardenales y goza de gran prestigio ante la Iglesia Católica, pero a pesar de eso se encuentra atemorizado, porque su obra sostiene que es la Tierra la que gira alrededor del Sol, y que no está inmóvil viendo correr en el cielo a todos los astros. Su obra, corno la de Nostradamus, se basa en las revoluciones de la Tierra, y de todas las estrellas. Por temor, la publica diciendo que ni siquiera es verdadera, pidiendo que tampoco la consideren verosímil, sino simplemente como una hipótesis. Le tenía miedo a la Inquisición. Ahora bien, 50 años antes Nostradamus había llegado a las mismas conclusiones que Copérnico; pero las expresó en forma oculta, criptográfica. Su familia era de conversos y por eso Nostradamus conocía muy bien la amenaza que representaba la Inquisición. Tenía que preservar su obra. Como era maestro de filología inventó una embrollada escritura que se puede interpretar de dos maneras.
¿Podría decirse que el cumplimiento de las predicciones de los profetas es la prueba de que existe otra realidad distinta a la nuestra? 
 El día que comprobamos que una profecía se cumple indiscutiblemente, ese día sabemos que el hombre puede llegar a unirse con el "más allá", ese "más allá" que por otro lado las matemáticas y la física de este siglo nos ayudan a aceptar. Los científicos, a pesar de todo su racionalismo, han empezado a abrigar una íntima creencia en esa otra realidad, aunque para ello tengan que hablar de "mundos paralelos" y "antimateria". A través de la posibilidad profética el "más allá" vive en nosotros, la profecía nos hace recordar nuestro insignificante presente y nuestro verdadero destino. He aquí el valor inmenso que tienen los profetas para la humanidad.
 En relación a las profecías de Nostradamus hay algo que intriga particularmente: su función. ¿Qué buscaba Nostradamus al predecir. por ejemplo. acontecimientos importantes de la historia de Francia? ¿Trataba acaso de prevenir a los actores de esos acontecimientos para que pudieran intervenir en ellos? 
No. La profecía realmente no se puede utilizar, no tiene aplicación práctica. Los hombre viven los sucesos históricos y sólo después se dan cuenta que estaban profetizados. El conocimiento de la profecía nunca es previo, siempre viene después de su cumplimiento. Las profecías no son manifestadas para que podamos intervenir en el destino. Por el contrario, se puede tener la seguridad de que no van a poder cambiar nada. Nostradamus predice la historia de Francia y se ocupa detalladamente de los personajes y de los acontecimientos futuros con el único fin de interesar la curiosidad humana. A mi modo de ver esta es una idea de capital importancia sobre la obra de Nostradamus. Es la idea de que toda su obra no ha sido para profetizar, sino únicamente para mantener vivo el interés sobre sus escritos, para que llegara ese interés hasta nuestra época. Acicateando la curiosidad humana -nuestro deseo irrealizable de conocer el porvenir para escapar al destino-, Nostradamus ha logrado que su obra profética y la maquinaria criptográfica que encierra lleguen hasta nosotros casi intactas; de sus 1085 cuartetas se han perdido solamente 13.
¿Pero por qué quiso Nostradamus que su obra llegara hasta nosotros. y por que la ocultó dentro de una criptografía impenetrable para la mayoría de los hombres? 
Nostradamus creó un complicadísimo sistema de claves para ocultar un solo documento, y el hecho de que haya elaborado un sistema tan difícil de descifrar nos está mostrando la importancia que debe tener ese documento oculto. A mi juicio se trata del documento profético más formidable en relación con la catástrofe apocalíptica qué nos espera. La verdadera finalidad de la obra profética de Nostradamus es anunciar, de acuerdo con el Apocalipsis, el fin de nuestro período zodiacal de Piscis. Su criptografía encierra seguramente un mensaje muy importante que la humanidad debe recibir en el curso del próximo siglo, a través de un personaje que está también profetizado. Este hombre, que está predicho para el año 2055, es quien seguramente más va a intervenir en la profecía de Nostradamus, quien la va a aprovechar y la va a realizar. Tendrá en sus manos la profecía revelada y podrá hacer todo lo posible para que la humanidad se prepare ante la inminencia de la catástrofe apocalíptica. Me parece que toda la obra que yo hago al respecto es preparar el terreno para hacer más fácil este resultado. Los libros que estoy publicando tienen por objeto hacer llegar a ese futuro personaje la obra original .de Nostradamus en copia facsimilar.
Haciendo una evaluación de sus estudios sobre Nostradamus, ¿en qué fase del desciframiento de su obra se encuentra?
 Bueno, esto puede verse muy claramente en mi último libro, el testamento auténtico de ostradamus, que recién ha aparecido este año en España. Ahí doy cuenta de mis hallazgos a nivel criptográfico, principalmente. El tema del libro gira alrededor de las dos claves que he encontrado en su testamento, dos claves numéricas perfectas que sirven para reordenar su obra. Desde la muerte del profeta han sido muchos los estudiosos y los comentadores que han intentado descifrar sus versos proféticos, pero a ninguno se le había ocurrido que en un documento aparentemente insignificante como es su testamento, estuvieran las claves indispensables no para descifrar, sino para empezar a descifrar la obra completa. Sin conocer estas claves no es posible colocar las cuartetas proféticas en el orden exacto que concibió Nostradamus.
 Se sabe que el tema es bastante difícil, crítico para ser más exactos, y que no puede exponerse en unas cuantas palabras. Sin embargo. ¿puede resumir el proceso de este descubrimiento? ¿Cómo fue que llegó a la conclusión de que en el testamento estaban las claves? 
 Bueno, no voy a entrar en detalles criptográficos, pero le diré que el mismo Nostradamus profetizó, con anticipación de cuatro siglos, el desciframiento de su obra que apenas ahora se ha iniciado. En el Almanaque para 1567, la cuarteta del mes de jumo dice: Par le thresor trouvé l'he-ritage du pére. (Por el tesoro encontrada la herencia del padre.) Este verso profético nos está diciendo que su verdadera herencia no es su pequeño tesoro, sino su obra profética, y que, por lo tanto, su mensaje sólo podrá ser encontrado con la ayuda de las cifras de ese tesoro, confiadas a documentos testamentarios firmados por el notario y los testigos, y guardados en los archivos oficiales. En la vida real, el pequeño tesoro que Nostradamus legó a sus herederos desapareció en poco tiempo. César, el último de sus hijos, murió muy pobre, en 1630. 0 sea que 64 años después de la muerte de Nostradamus ya no había rastro de los objetos y del dinero que había dejado a su familia. Felizmente los archivos oficiales salvaron el testamento con la relación de su pequeño tesoro. En mi libro demuestro que la relación detallada del tesoro físico, corresponde asombrosamente a la relación exacta de su obra profética. Quienes han leído algo acerca de las profecías de Nostradamus, saben que sus comentadores están de acuerdo en que las cuartetas se encuentran fuera de su lugar. Todos han pensado que debía existir una clave criptográfica en cierto modo exterior a la obra profética. No me cabe la menor duda que he encontrado esa clave en el testamento. Nostradamus tenía un mensaje muy importante para nuestros descendientes y se vio obligado a ocultarlo para que sólo pudiera ser descubierto cinco siglos más tarde. Nostradamus creó todas estas dificultades para asegurarse de que su verdadero mensaje apocalíptico no podría ser descubierto por sus contemporáneos. Temía con mucha razón a los hombres de su siglo, capaces de descubrir sus anagramas y las claves del criptograma bajo el que dejaba guardada su profecía. Han sido muchos los comentadores de Nostradamus, la bibliografía sobre su obra es abundante. Y es hecho evidente que cada personaje importante de la historia europea, y cada cambio fundamental de carácter político y religioso ha sido descubierto en las profecías nostradámicas, a pesar del desorden de sus cuartetas. Para descubrir todo esto los comentadores no necesitaban hacer un trabajo criptográfico. Es tal la exactitud filológica de las frases de Nostradamus, que no es muy difícil descubrir acontecimientos ya realizados. Ahora bien, yo no pretendo haber encontrado la reordenación definitiva de su obra; como decía apenas he abierto un camino. Es evidente que hay otras claves que permitirán una segunda reordenación de las cuartetas proféticas, pero de una cosa sí estoy seguro: esta segunda reordenación sería imposible sin la primera que yo he establecido.
¿Cuál es la fecha que Nostradamus ha fijado para la catástrofe apocalíptica? 
 Nostradamus predice una catástrofe cósmica que no será el fin del mundo, pero si el fin de nuestra era. Nos da la fecha central de esa catástrofe con una aproximación de diez años, entre 2127 y 2137 de nuestra era. Lo importante de esa fecha es que coincide con la cronología tradicional. He dedicado todo un libro, Los últimos días del Apocalipsis, a esta cronología, demostrando que es idéntica en los números secretos de la Biblia, y en los de la Gran Pirámide, así como también en los períodos cósmico de los caldeos, los indostanos y los aztecas. Estudiando por apartado cada una de estas cronologías, he encontrado que todas coinciden en señalar una fecha aproximada a la de Nostradamus para el fin del período cósmico en que nos encontramos. Sacando un promedio he precisado que esa fecha es el año 2137 de esta era. Las profecías y los grandes períodos de la cronología tradicional coinciden para anunciarnos que nuestra quinta raza o edad debe sufrir su aniquilamiento por el elemento aire, y que la fecha central de ese cataclismo apocalíptico será el año 2137 de nuestra era. En ese momento, después de 1252 años solares, el recorrido del Sol por el signo Piscis terminará igualmente la Quinta Edad, después de recorrer en 8608 años solares los cuatro signos: Géminis, Tauro, Aries, Piscis. Ter-minará también-el Kali Yuga de los indostanos y uno de los grandes períodos caldeas. Estamos, pues, recorriendo desde 1957, las 180 "semanas" o "años" anteriores a la catástrofe que señala El Apocalipsis.
 Se ha hablado ya de Nostradamus y de la cronología tradicional expuesta en "Los últimos días del Apocalipsis". Ahora bien, ¿cómo se conecta todo esto con la sorprendente hipótesis que ha lanzado en "La historia fantástica de un descubrimiento", su libro más accesible y que mayor difusión ha alcanzado?
 Como señalaba, la obra nostradámica se inserta dentro de la cronología tradicional, heredada y conservada por todos los pueblos de la antigüedad y que, según he estudiado, es la cronología de cinco humanidades. Cada una de estas humanidades ha vivido en una edad o período cósmico que siempre termina con una catástrofe. Nuestra humanidad es la quinta y deberá desaparecer, como dijimos, en 2137. Ahora bien, lo que yo expongo en la historia fantástica de un descubrimiento es la comprobación empírica de la cronología tradicional. Apoyado en pruebas fotográficas irrebatibles, demuestro la existencia de huellas antiquísimas que nos ha dejado la cuarta humanidad que vivió en el período cósmico anterior al diluvio. En siete regiones de la Tierra: Perú, Brasil, México, Egipto, Francia, Inglaterra y Rumania, existen esculturas, de un estilo desconocido, que la humanidad ha olvidado durante ochenta siglos.Estos trabajos monumentales fueron realizados in sito, en la roca natural, y deben contemplarse desde un punto de vista preciso, y cuando el sol se encuentra en una posición determinada. Estas esculturas corresponden a la protohistoria, o sea al período anterior al que la ciencia oficial llama prehistoria. La historia de nuestro descubrimiento, sumada a las pinturas de las cavernas, a la astronomía anterior al diluvio, a la matemática dexagesimal y a la semana de siete días. demuestra la existencia de esa humanidad tan importante como la nuestra. Fue raída de la faz del planeta durante la vida de Noé, como fue raída durante la vida de Adán una humanidad anterior al final de la Tercera Edad.
¿Cómo fue que empezó a encontrar las evidencias de esta humanidad desaparecida? 
 Bueno, todo esto empezó con un sueño. No lo tuve yo, sino Pedro Astete, en 1905. El sueño se relacionaba con un misterioso nombre: Masma. Astete investigó de inmediato esta palabra y se encontró con que en el vocabulario quechua esta palabra se refiere a una cueva mortuoria labrada en una montaña. También averiguó que Masma era el nombre de unas ruinas peruanas y el nombre del quinto hijo de Ismael, según la Biblia. Siguiendo la investigación, Astete llegó a conclusiones sorprendentes, pero la evidencia de que estaba en el camino correcto no se produjo sino hasta que juntos descubrimos la primera escultura. Todo esto se encuentra relatado en mi libro. No voy a contarlo porque sería repetir lo que ahí está mucho mejor expresado.
¿No resultaría poco convincente, desde el punto de vista científico, que un pretendido descubrimiento arqueológico se haya iniciado con un sueño? 
 En efecto, para los científicos esto puede resultar insuficiente como punto de partida; pero lo que sucede es que en nuestro inconsciente humano ha quedado profundamente grabada toda la experiencia anterior de la humanidad, la cual aflora durante el sueño. Esta idea no es mía. En cada uno de los hombres vive el recuerdo de esta antigua humanidad que esculpió las montañas..Pero me replicarán: ¿quién puede probar un sueño?.Aunque resulte increíble nosotros lo hicimos.
 Mucha gente que ha oído hablar de su teoría de las Montañas esculpidas piensa que es demasiado inverosímil. ¿Cómo explicaría esta reacción? 
 Para responderle debo volver a lo que ya dije; esta gente reacciona así porque son universitarios. En la universidad no les han enseñado lo que yo les digo, por lo tanto no les puede parecer "verosímil". Los llevas a que vean con sus propios ojos y dicen: "Esto no es obra del hambre, pudo haberlo hecho la erosión". ¿Pero cómo atribuir a la erosión estas magníficas formas escultóricas? ¿Cómo va a dibujar y a esculpir la erosión 14 cabezas humanas de cinco razas diferentes, en una sola roca de 25 metros de altura? Yo descubrí ese monumento escultórico en el Perú, en la meseta de Marcahuasi, y lo he mostrado al mundo en miles de fotografías. ¿Cómo va a tallar la erosión la estatua de un hombre, cuya cabeza esta esculpida de tal manera que tiene cinco miradas diferentes, según la hora del día, y sobre cuyo cuerpo está esculpido un manto lleno de símbolos humanos? Hablo de la estatua del Tepozteco que he descubierto en Tepoztlán, aquí al lado de Cuernavaca. Entre los símbolos que exhibe su mano se encuentra el número cinco, diferentes expresiones antropomorfas, y muchas cosas más. ¿Cómo creer que eso fue hecho por la naturaleza? ¿Cómo es posible que la naturaleza haya cubierto de esculturas -y esculturas que que tiene un sentido simbólico perfecto- una montaña, mientras en otras no hay nada? ¿Cómo la naturaleza va a esculpir figuras en las cimas de los cerros que sólo se pueden ver desde el aire, que sólo se pueden descubrir por medio de la fotografía aérea? ¿Cómo va hacer eso la naturaleza? Ahora, si me aseguran que todo eso lo ha hecho la naturaleza, ¡mi descubrimiento vale muchísimo más! Si yo he demostrado la existencia de todas esas esculturas en siete países distintos, y me comprueban que es la naturaleza su creadora, mi descubrimiento se vuelve más trascendente, porque entonces he descubierto una fuerza creadora de la naturaleza que nadie conocía. 
 Pero la naturaleza a veces crea formas caprichosas, como en el caso de las grutas en que las estalactitas y estalagmitas han formado figuras. ¿No seria un caso similar el de las esculturas que usted ha descubierto?
 En primer lugar tenemos que estar seguros si esas figuras de las estalactitas no han sido trabajadas por el hombre. ¡Y hay muchas que lo han sido! Principalmente aquellas que muestran formas perfectamente acabadas. En las grutas se puede demostrar que los antiguos artistas así como han hecho pintura, han hecho también escultura. Lo raro, lo inexplicable, sería que no hubieran sido escultores, sabiendo hacer la pintura que han hecho. Los artistas del Renacimiento lo mismo esculpían que pintaban; llevaban la proporción en el alma y hacían una arquitectura proporcionada, maravillosa. ¿Por qué el artista de las cavernas, que ha sido el mejor pintor del planeta, no podía hacer esculturas? Sólo los universitarios pueden pensar de otra manera. Así pues, en primer lugar, se ha hecho escultura en las cavernas. En segundo lugar, también es evidente que ciertas formas naturales, como las formas de las nubes, pueden parecer esculturas o tener la apariencia de determinadas figuras, sin que eso impida que aceptemos en ciertos casos la intervención humana. En tercer lugar, las esculturas de que yo hablo eran esculturas mágicas; en ese remoto pasado el hombre le preguntaba a la estalactita o a la piedra lo que era, y mejoraba su forma. No se trataba de hombres que por capricho personal y para agasajar su personalidad ridícula quisieran hacer de una piedra otra cosa distinta. Más bien se trataba del hombre unido a la naturaleza que no creía en la simetría. Era un arte puro, no un arte simétrico. No era el arte de las paralelas y de los ángulos rectos, era un arte de los ángulos vivos. Una piedra del sol, como la famosa Intihuatana que puede verse en Machu Picchu, tallada en la roca viva por la Cuarta Humanidad, es una escultura que si la cortáramos y la lleváramos a un concurso de arte ganaría todos los premios. No tiene dos líneas que sean paralelas ni una sola pulgada que sea recta. Es una piedra viva que recibe la luz del Sol durante todo el año y no repite nunca la misma sombra. De un equinoccio a otro, no parece igual. Esta roca, repito, fue tallada por la humanidad anterior, por los mismos hombres que pintaban las cavernas y esculpían las montañas. Eran hombres en unión con la naturaleza. Ningún artista-títere, de esos que hay ahora, podría hacer cosas igual.
Dice usted que la piedra del sol que se encuentra en Machu Picchu fue tallada por la humanidad anterior. ¿Supone entonces que toda la ciudad fue construida por esos mismos escultores de que habla? 
 No, de ninguna manera. La ciudad la hicieron los incas, pero ellos construyeron sobre esculturas que habían sido talladas en la roca natural durante la protohistoria. Toda la labor que yo estudio fue hecha en la piedra natural, no con piedras transportadas, todo lo incaico fue realizado de ese modo, transportando piedras. Los incas son de hoy, apenas empezaron hace nueve siglos, y tardaron sólo 400 años para formar un imperio. Su herencia cultural es mínima, se pasaron todo el tiempo guerreando y aumentando en exceso sus dominios. Llegaron hasta Quito. Culturalmente los incas no hicieron más que copiar algunas cosas de los pueblos que vencían y que realmente habían tenido una verdadera cultura. Quienes aceptan que los incas construyeron una cultura auténtica están en un error. En el Perú se ha hecho un mito alrededor de los incas, un mito que yo estoy contribuyendo a destruir. Creo que estas son ideas que deben salir a la luz, que deben conocerse, sobre todo en el Perú.
¿Hay una continuidad entre su experiencia como poeta y sus estudios? 
 Es lo mismo. Todo es lo mismo. El poeta no es más que un místico fracasado, un hombre que quiere despertar, pero que no ha superado la personalidad y, al no superarla, se queda sin recorrer el camino espiritual. Por eso la mayoría de los poemas "no son", uno que otro "es", y los demás no valen nada. ¿Por qué? Porque los poetas no han despertado completamente, porque no son místicos* 


Daniel Ruzo