miércoles, 30 de diciembre de 2015

ENTREVISTA A ERICH VON DANIKEN por ENRIQUE DE VICENTE

Material de archivo: fantástica entrevista del destacado investigador español Enrique De Vicente a Erich Von Daniken para la revista mexicana Contactos Extraterrestres (N° 44, 30 de Agosto de 1978). Agradecemos esta colaboración a Javier Stagnaro



En su libro La respuesta de los dioses, Erich Von Dániken sostiene la teoría de que en algún lugar, por ahora ignorado, existe un depósito con las pruebas materiales de la presencia extraterrestre en tiempos remotos. A continuación presentamos la segunda y última parte de la entrevista con el astroarqueólogo Dániken.

CE: ¿Cómo sería ese depósito de pruebas materiales y por qué está tan seguro de su existencia?
 EVD: Bueno, mis detractores siempre me han pedido que aporte una prueba objetiva en apoyo de mi teoría. Y no renuncio a poder hacerlo algún día. Pero debe comprenderse que no es nada fácil. Consideremos que la mayor parte de la superficie terrestre está cubierta por agua, bosques o selvas inaccesibles, desiertos de arena o de hielo, elevadas montañas y un largo etcétera. Apenas un 20 por ciento de la superficie terrestre es habitable, y de esa parte sólo se ha explorado por los arqueólogos el uno por ciento. Debido a todo ello no es muy razonable que se exija un legado palpable del paso de los dioses. Y sin embargo, esa prueba podría estar en cualquier parte, esperando a ser descubierta. Pero, ¿cómo localizarla? Sin embargo, el fantasma que persigo no puede ser una reliquia dejada por azar y que hubiera de ser encontrada azarosamente. Creo que deberían haberla dejado intencionadamente. Si los extraterrestres provocan la "hominización" sobre la Tierra, es lógico que supiesen cuánto podrían esperar de sus "productos", comprendiendo  que tarde o temprano el hombre se desarrollaría técnicamente, hasta alcanzar la navegación espacial. Sería lógico que quienes crearon la inteligencia humana dejasen un regalo de despedida para atestiguarnos su presencia y actividad. ¿Dónde habría que buscar ese legado? Desde luego no podrían haberlo dejado en un lugar bien visible, porque una cosa que llamase la atención habría sido recogida hace tiempo por generaciones anteriores, incapaces de interpretarlo. Además, sabían que las catástrofes naturales y las guerras podrían dar cuenta rápidamente de todos los santuarios accesibles. Las pistas que deberíamos buscar creo que corresponderían a puntos lógicos-matemáticos, sea de la superficie terrestre o del sistema solar. Científicos solventes, como Lunan Duncan, han sugerido ya ideas semejantes. Podrían haber situado en uno de esos puntos un satélite con toda la información dentro, dejando una serie de indicios que nos condujeran hasta el mismo. Pero también podrían haberla grabado en nuestro código genético, de tal manera que podríamos tener esa información dentro de nosotros mismos, al alcance de nuestra mente, sin saberlo y sin conocer de qué manera acceder a ella.

Daniken entrevistado en Madrid para la Televisión mexicana por una reportera de Televisa
LOS MAESTROS LLEGADOS DEL IMPERIO ESTELAR DE SCHWERTA

CE: En este momento, ¿sigue usted algún rastro concreto? En su último libro habla de la Crónica de Akakor y de la posible existencia de un depósito tecnológico en las profundidades amazónicas, en busca del cual tengo entendido que realizó el año pasado una expedición fallida.. .
 EVD: Toda esa historia se remonta a 1972, cuando el historiador y sociólogo alemán Karl Brugger —que hace años trabaja como periodista en Brasil—, conoció al jefe indio Tatunca Nara. Tras entablar amistad con el mismo, éste le narró "con pelos y señales" la historia de su pueblo desde el año 10,481 antes de nuestra era, fecha en la que partieron los dioses hacia su mundo, hasta nuestros días. Su narración ha sido publicada en Alemania en un libro apasionante' . En El libro del Jaguar se narra la colonización de la Tierra por los dioses, que llegaron unos 13,000 años antes de la llegada de los europeos, a bordo de unos barcos celestes que brillaban como el oro, aterrizando en medio de truenos, potentes luces y un temblor que conmovió la tierra. Procedían de Schwerta, un mundo muy lejano en las profundidades del universo, que formaba parte de un fabuloso imperio compuesto por tantos planetas como los granos de polvo de una carretera, de donde salieron para llevar a otros mundos su saber. Estos seres, que habían develado la suprema ley que rige el universo, dirigieron la construcción de Akakor, capital del imperio de los indios Ugha Mongulala, que se creen el pueblo más antiguo del mundo. Aquella era la sede de los dioses que reinaban sobre la Tierra. Poseían naves que volaban más rápido que ningún pájaro y piedras mágicas para mirar a lo lejos, en las que se reflejaba cuanto ocurriese en la tierra o en el cielo. Pero lo más maravilloso eran sus casas subterráneas, que legaron a sus servidores predilectos, indicándoles —antes de su partida— que se refugiasen en ellas para estar a salvo de la catástrofe que se aproximaba. Les prometieron volver si alguna vez los indios se encontraban en peligro.
 CE: Esta historia parece una novela de ciencia-ficción. Recuerda vivamente las diversas historias que guardan los pueblos sobre el diluvio universal y sobre los "Noés" a los que los dioses ordenan resguardarse en el Arca... ¿Regresaron los dioses nuevamente, según Tatunca Nara?
 EVD: Lo hicieron tras dos terribles catástrofes, aunque fueron pocos los que sobrevivieron para saludar a los "primeros señores", como les llaman. Ellos les habrían dado —según cuenta Tatunca Nara— tanto sus nombres como el lenguaje, la escritura, las leyes y la agricultura.

 EL FRACASO DE LA "EXPEDICION AKAHIM"

 CE: ¿Y cuál fue el motivo de la llamada "expedición Akahim"? 
EVD: Akahim significa "fortaleza tres", igual que Akakor significaba "fortaleza dos". Ambas forman parte de los trece núcleos o ciudades subterráneas que los señores del espacio regalaron a los Ugha Mongulala y que se encuentran escondidos profundamente en las entrañas de las montañas, bajo los Andes. Tatunca asegura que el plano de dichas ciudades reproduce el esquema del sistema solar de Schwerta, del que procedían sus dioses. Las dos fortalezas citadas fueron destruidas recientemente por los indios, puesto que se habían vuelto demasiado peligrosas para ellos, al revelar a los blancos su presencia. Actualmente vivirían en Subakakor, ciudad construida en una enorme cueva artificial, dominada por el templo del Sol, de cuyo interior partirían doce corredores que conducirían a las restantes doce ciudades subterráneas. Nuestros planes consistían en llegar hasta Akahim y alcanzar desde allí el templo del Sol. Tatunca Nara, con quien estuve en contacto a través de un piloto alemán, me aseguró que así podría llegar hasta el depósito tecnológico dejado allí por los dioses extraterrestres. Si le damos crédito, habría allí un disco volador dorado, construido de un metal desconocido; un extraño vehículo "capaz de caminar por el agua y por las montañas" muy similar al utilizado por los americanos en la Luna, 
y a otros artefactos. Pero lo más interesante sería, según el jefe indio, la existencia de cuatro bloques de una piedra transparente, en cuyo interior se podrían observar cuatro misteriosos "muertos vivientes que yacen en el seno de un líquido que los cubría hasta el pecho. Se trataría —seguramente— de los cuerpos de tres dioses y una diosa, similares a los humanos, pero con seis dedos en las manos y los pies. 
CE: La verdad es que toda historia suena a relato basado precisamente en sus teorías sobre los dioses cósmicos, las leyendas de distintos pueblos y las fantásticas novelas del británico Lobsang Rampa... ¿Qué motivos tendría Tatunca Nara para revelarle un secreto tan celosamente guardado hasta este momento por su pueblo? 
EVD: Efectivamente, la cosa se fue volviendo más sospechosa a medida que avanzamos. El hecho es que Tatunca nos expuso clara-mente sus intereses: los "bárbaros blancos", corno llaman a los brasileños, están exterminando a todos los indígenas, fundamental-mente a raíz de la construcción de la carretera transamazónica, un enorme sistema viario que atravesará la selva virgen. Los expertos calculan que en el plazo de unos veinte años se habrá acabado totalmente con los 180,000 nativos que hasta hoy han sobrevivido en el inmenso territorio brasileño. Tatunca Nara —que afirma ser hijo de una enfermera alemana que fue raptada por un jefe indio— asegura haber realizado todo tipo de gestiones para preservar a los suyos del exterminio que llegará con la transamazónica, sin haber obtenido resultado alguno. Habiendo tenido conocimiento de mi obra a través del ex-piloto Ferdinand Schmid, pensó que yo podría dar a conocer en todo el mundo el triste destino que aguarda a su pueblo. Tras una serie de contactos escritos y a través de cintas magnetofónicas, me comprometí a escribir un libro sobre el asunto si me conducía hasta la ciudad subterránea. 
Encuentro en Río de Janeiro de los expedicionarios con el supuesto guía. De derecha a izquierda: Daniken, Tatunca Nara y Clark Darlton

¿UNA BROMA PESADA? 

CE: ¿Y qué ocurrió con la expedición que iniciaron? 
EVD: A mediados de abril, Tatunca partió hacia Akahim en busca de alguna prueba y fotografías de la ciudad que pudieran corroborar su historia. Convinimos en que, a lo sumo, a mediados de junio debería estar de regreso en Manaus, que es el principal centro comercial y ciudadano existente en los límites de la selva y donde reside habitualmente Tatunca, casado a su vez con una enfermera blanca. 

Desde allí viajaríamos a bordo de dos helicópteros hasta nuestra lejana meta. A principios de junio nos reunimos allí, acompañado por mi secretario Willi Dunnenberger y el escritor de ciencia-ficción Clark Darlton, con Ferdinand Schmid, que se había encargado de realizar todos los preparativos y conseguir las autorizaciones legales que re-quería nuestra empresa. Pero Tatunca no aparecía y tanto la empresa de helicópteros como la Oficina Brasileña para los Asuntos Indígenas (FUNAI) impusieron un plazo de cuatro semanas antes de iniciar la, expedición. Si Tatunca hubiera regresado de la selva a mediados de julio, no hubieran podido partir hasta mediados de agosto, lo cual complicaba enormemente las cosas. Así que, desengañados, el 11 de julio atravesamos nuevamente Brasil en avión. Apenas llegamos a Río de Janeiro recibí una llamada telefónica de Schmid, que había quedado en Manaus aguardando la llegada de Tatunca, explicándome que este último había regresado muerto de hambre y de cansancio. Les pedí que tomaran el primer avión hasta Río, donde pude conocer personalmente —por fin— al jefe mestizo, quien excusó su tardanza explicándonos que hacía veinte años que no visitaba Akahim, donde reside su cuñado, situada a más de mil kilómetros del lugar donde habita su tribu, resultándole muy difícil localizar el poblado. Cuando le pregunté qué había de las pruebas prometidas, aseguró haber entregado la cámara fotográfica a un comerciante que viajaba en una canoa más rápida que la suya, a fin de que se la entregara a Schmid en Manaus; pero no tuvimos la menor noticia del mismo. 
CE: ¿No le resulta bastante truculenta toda esta historia? 
EVD: Aunque muchas de las cosas que nos contó podrían ser ciertas, hay otras que nos resultaron bastante increíbles. Tatunca se dio cuenta de nuestro escepticismo y eso le enfureció, insistiéndonos en las enormes dificultades que implicaba una visita a la ciudad subterránea y de la oposición de los sacerdotes tribales a la llegada de nuestros helicópteros. Aseguró que durante los últimos cinco años se habían producido muchísimos cambios: el rumor de las máquinas subterráneas era diferente y en ellas se iban encendiendo luces, lo que —según sus escrituras— es un presagio del regreso de los dioses y cualquier helicóptero que intentara aproximarse se estrellaría. Yo no renuncio sin más a la expedición, pese a que todo lo ocurrido resulta dudoso y las explicaciones de Tatunca muy ambiguas. Este verano estoy dispuesto a intentarlo nuevamente, eso sí, siempre que, antes Tatunca me haga llegar alguna prueba material de la existencia de los aparatos subterráneos. 

EL REGRESO DE LOS DIOSES 

Por lo menos, no podrá decirse que no lo ha intentado. Porque lo cierto es que Dániken no es un escritor de gabinete, sino que se des-plaza a los lugares que describe en sus libros, ya que cuenta con los medios económicos para hacerlo. La fallida expedición a Akahim le costó a su editor una suma respetable. Pero si hubiera obtenido resultados positivos, toda inversión habría resultado despreciable.
 CE: Queda algo interesante en toda esta historia. Como en tantas otras, los dioses habrían asegurado antes de su partida que regresarían cuando la tribu de Tatunca estuviera en peligro, y éste asegura que su llegada es inminente...
 EVD: Insistió bastante en ello. Además, nos aseguró haberse encontrado en la sala subterránea de las máquinas con un hombre muy anciano que no pertenecía a su pueblo y del que nadie sabía su procedencia ni qué hacía allí, pero que debía estar en continuo contacto con los dioses y tal vez fuera uno de ellos. El jefe, cuñado de Tatunca, mostró un gran respeto por él, llamándole "la eminencia". Tatunca debió contestarle a numerosas preguntas acerca de mí y mi obra. Y finalmente le pidió que me comunicara que me daba 130 días de plazo para visitar su residencia, pero debía hacerlo por río y a través de la jungla y no por medios aéreos. Me concedía esa última oportunidad, corno único interlocutor válido y representante de nuestra civilización, sobre la que debería responderle a numerosas preguntas, para juzgar luego —según mis respuestas— si ésta había equivocado su camino. Repito que no sé qué pensar de toda esta historia y continúo a la espera de las noticias de Tatunca Nara. Si bien es cierto que en todas las tradiciones consta la promesa hecha por los dioses de que volverían algún día, ignoro cuándo piensan hacerlo.
 CE: ¿Y no podrían estar haciéndolo en estos momentos? ¿Serían los OVNIS las pruebas de su regreso? 
EVD: Yo no he visto ningún OVNI. Pero hay numerosos testigos dignos de crédito y no podemos dudar de su existencia. Estoy convencido de que existen estos fenómenos inexplicados y que se están multiplicando constantemente. Sin embargo, no sé de qué se trata exactamente y, suponiendo que sean extraterrestes, ¿qué razones podrían tener para realizar un aterrizaje oficial?. .. Habrá que esperar. 
Durante la expedición en busca de los vestigios extraterrestres el mismo Dániken se vio obligado a trabajar arduamente en pleno campo. El hidroavión representaba para los expedicionarios el único medio de comunicación con la civilización. 
Durante la expedición en busca de los vestigios extraterrestres el mismo Daniken se vio obligado atrabajar arduamente en pleno campo. El hidroavión representaba para los expedicionarios el único medio de comunicación con la civilización

LAS APARICIONES SON DE ORIGEN EXTRATERRESTRE

CE: Usted, que ha transformado a los dioses de los más diversos credos en visitantes extraterrestres, ¿en qué cree?, ¿qué piensa de las religiones?
EVD: Todas las religiones me merecen la máxima estimación, o mejor dicho, todas aquellas que tengan también en estima y en consideración a sus respectivos creyentes. Pero si explotan la ignorancia de éstos y les amenazan con castigos, no puedo verlas con buenos ojos. Para mí, el sacudirse la coerción confesional no supone de modo alguno el abandono de la fe de Dios, causa ,y origen de todo lo existente. Si los dioses extraterrestres nos proporcionaron la inteligencia, tenemos que preguntarnos cómo adquirieron ellos la suya. Podríamos remontarnos así en el tiempo a través de millones y millones de años, pero siempre debería haber un origen de todo lo creado, porque en algún momento llegaríamos a un límite. Mis investigaciones no me han llevado al ateísmo. Creo en los extraterrestres y en que estuvieron entre nosotros, pero también creo en su Creador, en Dios. 
CE: Usted ha visitado, en sus correrías por el mundo tras las huellas
de los antiguos astronautas, numerosos escenarios de apariciones milagrosas y luego ha escrito un libro sobre el particular. ¿A qué conclusiones llega en el mismo? 
EVD: Desde que visité Lourdes por vez primera, hace ya catorce años, comencé a comprender que el fenómeno de las apariciones y de las visiones nos afecta a todos. Estimo que deben existir más de 40,000 apariciones registradas. En ellas todo suele comenzar con la visión o encuentro de una persona o de un grupo pequeño con alguna entidad que asegura ser de naturaleza divina o celestial y que coincide con las creencias aceptadas en la época y el lugar, ya sea en. Oriente como en Occidente. Estos personajes poseen el poder de curar, de salvar a la gente o de aniquilarla, e influencian a las muchedumbres, entrometiéndose en los asuntos de carácter político y religioso. 
 Creo que hay apariciones o visiones que surgen de las mentes inteligentes, las cuales dispondrían de un mecanismo que las provocaría. Nacen de la imagen que el vidente, sugestionado por su entorno religioso, tiene formada en su mente. Pero el impulso creador de las apariciones es de origen extraterrestre. 
CE: ¿Podría explicarnos esto más detalladamente? ¿Cómo encaja en su teoría fundamental?
 EVD: Creo que no somos los únicos hijos de nuestros progenitores celestes. Tienen que haber en nuestra galaxia seres inteligentes que piensen, sientan y actúen como nosotros, puesto que los extraterrestres debieron llevar a cabo en la Tierra mutaciones artificiales orientadas en el sentido de formas de vida ya existentes en múltiples puntos de nuestra galaxia. Injertando unas características esenciales a los homínidos, los dioses les transmitieron —"a su imagen y semejanza"— su extrasensitiva y sumamente desarrollada percepción. En realidad, para ellos, este ingente trabajo de perfeccionamiento y humanización era algo así como un experimento técnico realizado para evitar que los conocimientos acumulados desaparecieran con ellos. Plantaron depósitos de su saber que, con el tiempo, se convirtieron en otros tantos centros de comunicación de todos los "hijos" creados a su imagen y semejanza. Para la transmisión de pensamientos las distancias no suponían una dificultad. Pero la transmisión telepática se vio insuperablemente dificultada por el surgimiento de diversos idiomas sobre la Tierra. Los sentimientos de amor, de odio, de paz, de violencia, tranquilidad o peligro, emitidos convenientemente, tienen una real universalidad entre todos los hijos de los dioses y podrían ser comprendidos en todo el Cosmos. 
Y vemos que toda aparición comienza con el envío de mensajes tranquilizadores, de índole fundamentalmente emotiva... 

ENCUENTROS LEJANOS DE TIPO EMOCIONAL

CE: ¿Quiere entonces decir que esas apariciones son extraterrestres? 
EVD: Ciertos grupos de descendientes de los dioses espaciales, que habrían sido visitados por ellos mucho antes que nosotros, nos llevarían miles de años de ventaja en su evolución. Habrían podido desarrollar y entrenar adecuadamente sus cerebros. Y nos estarían enviando a nosotros, que somos sus hermanastros, impulsos energéticos que estimularían y ampliarían nuestra conciencia. Así que la visión o la aparición no sería extraterrestre. Al vidente se le presentaría la imagen según él quiera verla, o sea, según sus creencias particulares. Pero en el mismo momento que penetrase en el ámbito de llegada de los impulsos extraterrestres quedaría transformado en médium, no pudiendo evitar el impacto de los mismos. Su cerebro entonces comenzaría a producir, inconscientemente, figuras que se le harían visibles, que podrían ser inmateriales o materiales —o sea, materializaciones ectoplásticas, producidas por su propio psiquismo—, pero que para él serían siempre reales y verdaderas. Los videntes no tienen la menor idea —en general—, acerca de cómo se producen sus visiones; al igual que los emisores extraterrestres no pueden saber exactamente qué clase de receptor estará situado dentro del campo de acción de sus impulsos. Pero lo cierto es que todas las apariciones declaran abiertamente su origen extraterrestre, extrahumano.
 CE: ¿Cuál sería entonces la finalidad de las apariciones? 
EVD: Los verdaderos videntes dan lugar con sus visiones a un paso gigantesco en el camino del progreso. Por ejemplo, Leonardo da Vinci fue uno de esos receptores que surgen cada mil años, uno de esos genios cuyas células grises parecen estar esperando los impulsos llegados del exterior. Hay muchos sabios, como Einstein, Bohr, Kekulé, que vieron sus geniales descubrimientos en sueños. .. Las auténticas apariciones han contribuido esencialmente a la tarea de abrir la consciencia de la humanidad. Así pues, los extraterrestres se comunicarían con nosotros por medio de emociones, símbolos o imágenes y música o sonidos, que tendrían validez universal. Algo muy similar a lo que se plantea en la película Encuentros Cercanos del Tercer Tipo, realmente fascinante.

"ESTOS SON MIS PROYECTOS" 

CE: Tenemos entendido que acaba de aparecer un nuevo libro suyo en Alemania.. . 
EVD: No es exactamente un libro mío. Se trata de una recopilación de algunas preguntas o acusaciones que se me han ido planteando durante los últimos ocho años, a través de coloquios, conferencias y publicaciones en distintas partes del mundo, junto con mis respuestas a las mismas. Su título en alemán viene a ser algo así como Fuego cruzado contra Dániken. Y Ediciones Martínez Roca lo lanzará en España durante el próximo otoño. 
CE: ¿Prepara en este momento alguna otra obra? 
EVD: Sí. Se trata de un libro no ya de pruebas, sino exclusivamente de especulaciones, de imaginación, en torno al pasado y especialmente al futuro del hombre. ¿Qué le puede suceder en los próximos años? ¿Qué posibilidades tiene? ¿Qué ocurrirá si este planeta es destruido por una catástrofe atómica? Se tratará de una obra para especialistas e ingenieros que no renuncian a soñar. 
CE: Tras el rotundo éxito de su primera película, que no llegó a ser igualado por El mensaje de los dioses, ¿tiene en marcha algún otro proyecto cinematográfico? 
EVD: No exactamente cinematográfico. La televisión alemana prepara una serie de seis películas en color, con una hora de duración cada una, que estarán terminadas para el año próximo.
 Así es el fascinante "Mundo de Dániken", nombre por cierto de una exposición monográfica desarrollada hace unos meses en unos importantes almacenes alemanes, en la que sus libros y la música de sus películas se vendían en una enorme sala repleta de las numerosas estatuillas, estelas, reproducciones y fotografías por él recogidas a lo largo de sus viajes, contando con la proyección continua de sus filmes. Discutido y admirado. Acusado como farsante e idolatrado como profeta de un nuevo credo. Más de cuarenta millones de libros vendidos en 34 idiomas. Autor que ha marcado indiscutiblemente con sus ideas lo que llevamos del siglo, Dániken siempre es noticia.
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jueves, 19 de noviembre de 2015

ALEX CHIONETTI, DE LA OSCURIDAD DEL ESPACIO A LA OSCURIDAD DE NUESTRA TIERRA

Alex Chionetti
Aprovechando el paso de Alex Chionetti por Buenos Aires, realizamos una entrevista con el ya legendario explorador, investigador y documentalista. Un verdadero honor para nuestro blog

¿Cómo llegaste a escribir ese fabuloso libro Mundos Paralelos, que muchos decían, parecía haber sido hecho por un niño prodigio, por la edad que tenías?
 Sí, a los 16/17 años. Un poco el libro salió, digamos por una furia existencial de ese momento, estaba en los últimos años de un colegio salesiano y lo que los curas me enseñaban no me cuajaba, tenía un montón de incógnitas sobre el origen del hombre, sobre la evolución. Empezaba a estudiar ciencias naturales, me la pasaba en el museo Bernardino Rivadavia. Me interesaba el pasado, pero también el futuro y en ese momento la idea era escribir ciencia ficción. El realismo fantástico cayó en mis manos y todo fue surgiendo. Llegó una invitación cósmica que fue el concurso monográfico de la revista Cuarta Dimensión, que me dio una gran apertura.
 Tuve un tío abuelo que fue un jesuita bastante famoso y controversial, el padre Hernán Benítez, confesor de Evita Perón;  y en esa época lo visitaba mucho. Me puso en "contacto" con  Teilhard de Cardin, que era un evolucionista jesuita, paleontólogo; y me prestó un libro que se llamaba El medio Divino, donde trataba de interpretar la evolución a un nivel crístico, toda la evolución, el punto alfa y omega convergían en la internación de Cristo sobre la Tierra... y como yo estaba en la iglesia saleciana, en el secundario tenía un montón de dudas y me escapaba de las clases a la biblioteca de los salecianos a leer libros de exploración, sobre todo de Sudamérica y así se fue tejiendo Mundos Paralelos. Era un poco la teoría de las dimensiones, los mundos paralelos que ya me interesaban por la ciencia ficción... todo converge y converge por supuesto el libro de Pauwels y Bergier El Retorno de los Brujos.
 -Fue un paradigma
 Sí, exacto. En esos momentos fue un libro cismático, el movimiento de la revista Planeta también. Mi tío me regaló toda la colección.
 -¿Y la ovnilogía viene de la mano de todo eso?
 La ovnilogía empieza con un cuento que yo escribo sobre una invasión extraterrestre, en el barrio de Almagro, esos momentos no había leído El Eternauta y era sobre un Ovni que estaba suspendido sobre la basílica María Auxiliadora, esperando la señal para invadir, envuelto todo el barrio en una niebla... Ese cuento me llevó a la ufología y conocí la revista 2001, después la Cuarta Dimensión... le tenía miedo al tema de los marcianos...
- ¿Cuánto tiempo te llevó escribir Mundos Paralelos?
 Me llevó como tres años, en el año `77 gané el concurso y fue publicado en Mayo del '79 en Cielosur, que era la editorial de Fabio Zerpa. Ya había conocido a Fabio y a un grupo, La Comisión de Investigaciones Ufológicas que editaba el boletìn Ufo Press, de Guillermo Roncoroni...
-¿Cuál fue tu primera investigación de campo?
Fue en el '77 o '78. A mi tía abuela, que era la hermana del padre Benitez, la iba a visitar a Tulumba, en el norte de Córdoba, donde está el Cerro Colorado, por eso el capítulo de mi libro que gana es el tema de los Comechingones; yo hago la interpretación sin saber nada de la historia de los Comechingones que vendrá después, el Bastón de Mando, Terrera... solo de las pictografías que tanto me fascinaron. Allí estudié un "aterrizaje", mi primer caso. Una quema de pasto con forma de herradura y recuerdo que fue la primera muestra que tomé, que lamentablemente desapareció, y fue el primer artículo que escribí para la Ufo Press.
-También eras un apasionado de las culturas andinas
 Otro gran ufólogo, el querido Eduardo Azcuy, me incentivó a abrir los ojos hacia latinoámerica. Conozco a un chico de Lomas de Zamora, Eduardo Gonzalez Gauna, que en cierta forma me conecta con Marcahuasi, Daniel Ruzo y también con Tayos, porque Gauna conocía a Goyén Aguado. Es una convergencia de varios factores...  y después voy a Perú, Bolivia y Chile en el año 1981. Visito Marcahuasi, pero igualmente ya antes estaba en contacto con Daniel Ruzo a nivel epistolar. Y a raíz de mi libro Goyén Aguado le dice a Eduardo Gonzalez, "quiero conocer a quien se ha atrevido a escribir sobre nuestros temas". Cuando llegué -me acuerdo Julio tenía mi libro- "y esto de dónde lo sacó", dijo... yo había transcrito, adaptado en uno de los capítulos, que hablo de Lemuria y el mundo subterráneo, una entrevista a Julio de la revista 2001 y él me preguntaba "¿cómo usted sabe que esto es cierto?", o sea él mismo dudaba de lo que había dicho años antes (risas)
- ¿Y ahí empezaste una relación con Goyén Aguado?
 Sí, una relación que me lleva a la Caverna de las Brujas con parte de su grupo y con gente nueva que se habían acercado y estaban interesados en la espeleología. Yo no sabía que era una escuela mística (risas)..
-¿Y qué buscaban en La Caverna de las Brujas en particular?
Yo buscaba una experiencia de estados alterados de conciencia y conectar con los seres que Goyén consideraba de alta espiritualidad, que estaban dentro de los Andes, creía que era una de las "entradas" y que conectaba con la Hermandad Blanca. Las Brujas era "Los Tayos" de la Argentina.
-¿Tu relación con él se prolongó a través de los años?
Sí, hasta casi el día de su muerte, siempre mantuvimos una amistad. La última vez que lo vi fue en el '97 , lo entrevisté en video porque justamente estaba armando un documental para hacerlo con Discovery y Julio me pidió humildemente si me podía acompañar y yo le dije "sí por supuesto, me tenés que acompañar, vos sabes realmente donde está la 'pomada' ¿no?."
 -¿Y en esa época, vos sabías que Julio había llegado junto con Moricz a ver ciertos "tesoros" de Tayos?
Sí, estaban esas versiones, esos recortes de prensa y estaba la versión de la revista 2001. Después del '76, él se cerró, luego de regresar de Ecuador...
-¿Un especie de pacto de silencio con Moricz?
 Claro, digamos un rompimiento con todo lo anterior y mantener esa palabra, pero cada tanto hablaba, salía el tema, dependía de su disponibilidad y la persona que tuviera en frente.
-Tengo entendido que El Centro Argentino de Espeleología (CAE) era un núcleo de gente muy "particular". Por ejemplo Ernesto Cabrejo, ¿lo conociste?
 Claro, por supuesto, que bueno que me lo recordás. Fue muy importante, lo conocí a través de Julio y lo frecuenté bastante. Lamentablemente nunca lo grabé. Daba unas conferencias estupendas. Sabía de los Andes, el padre había entrado en una ciudad subterránea y él también había tenido esa experiencia, estaba conectado con el tema de la abadía de los Siete Rayos, tenía una versión latino americanista, andina.. También recuerdo la descripción que hizo del padre y que él entró en esa cámara que tenía una mesa con sillas, algo parecido a lo que Moricz también contaba.
-¿Cuándo viajaste a Tayos por primera vez?
A Tayos intenté hacer las expediciones ya desde el año '81/82 . Recuerdo que nos entrenamos, íbamos a ir en esa época con Gustavo Fernández, salió en los medios pero nunca conseguimos la financiación y al final quedó ahí. Traté de ir en el '81, para conocer a Moricz y al padre Crespi, pero como había guerra con el Perú, me recomendaron no ir, y yo no me atreví, volví a la Argentina. En esa época estaba interesado en escribir un libro completo sobre los Comechingones y la interpretación de sus  pinturas, viajé a Córdoba pero todo también quedó ahí. Cuando emigré para Estados Unidos, me fui con la idea de recaudar fondos para una expedición. Fui a ver al cónsul y me recomendó ver a un ecuatoriano, el dueño de un periódico, que no aceptó financiar la expedición, pero me dio trabajo como editor en su periódico ecuatoriano (risas). Pasaron los años y siempre que intentaba hacer una expedición fallaba algo o había trifulca en la zona. Cada viaje que hacía a Buenos Aires, la pasaba con Julio y el último gran intento fue hacerlo en el '99, pero Julio muere y ahí me queda trunca otra vez.
-¿Tenías pistas, coordenadas donde ir?
 Iba a ir a la zona del Coangos y un año después descubro por mi cuenta la relación mormona en un viaje que hago a Salt Lake City porque Julio en mi entrevista no me lo decía. La clave había sido la expedición del '68. Yo de casualidad fui a la biblioteca, a los archivos de la iglesia y ahí encuentro material y me dicen que hay un Elder que estuvo a cargo de Latinoamérica, que sabe de esto, y lo fui a ver y era Jesperson. Me dio todo el material. Buscamos la película de la expedición, pero se la había quedado Julio (risas). Jesperson me dio los diarios y las fotos de la expedición.
- ¿Seguramente los mormones no se deben haber quedado con una muy buena impresión de Moricz?
 Jesperson lo estimaba a Julio, pero a Moricz lo consideraban un "chanta" total, un estafador. Tanto Wells como Jesperson decían que Moricz no sabía, que era la primera vez que iba... no sabía dónde estaba parado y parecía explorar el lugar.
-Esa sería la versión de los mormones, pero obviamente la de Julio y Moricz fue totalmente diferente.
Sí, pero los mormones no tenían el ímpetu o la misión de robar, pienso eran tipos íntegros. Wells consideraba que quedaron decepcionados y que realmente no existía lo que decía Moricz, que era una forma de sacarles plata, esa fue su impresión.
-¿Volviendo a tus expediciones a Tayos ¿después conociste a Stanley Hall?
A Hall lo conozco antes de ir a a los Tayos, justamente en esos momentos estaba trabajando en un documental sobre Marcahuasi. Lo entrevisto para la revista Más Allá. Estuve un tiempo en Italia y ya me queda el prurito, digo,  ahora voy a hacer el asalto final, lo voy a hacer por mi cuenta. Lo había discutido con Ecuavisa, tenía amigos que eran los dueños principales de la cadena de televisión, y me fui para Ecuador, sin nada concreto,¡ahora o nunca!, porque el llamado de Tayos ha sido tan fuerte, porque nunca me dejó, ¿por qué?... no lo se, es el gran misterio de mi vida.
 - Encaraste la expedición por la zona del río Pastaza
La primera expedición, lamentablemente la hago con el grupo táctico de la Fuerza Aérea ecuatoriana, que no iba a ir por el río Pastaza, sino directamente por el Namangoza y por los puentes. Encontramos hostilidad y como lo describí en el artículo de Más Allá: "Yo sobreviví a la maldición de los Tayos", la primer expedición es un desastre porque me abandonan... mandan a un "milico" que nunca había ido a la selva como castigo para sacárselo de encima, es cobarde y se asusta de las mujeres Shuars y eso me arruina toda la expedición.
 Estaba en mis objetivos ir a la cueva de Stanley Hall, al Pastaza, pero no sabía que íbamos a terminar ahí. Al no poder ir a la cueva del Coangos, para no despilfarrar ya la inversión, aparecemos en el Pastaza; yo no sabía que mi director de fotografía había abandonado a Stanley Hall unos años antes y lo había dejado a ahí, al pobre, enfrente de su "propia cueva" cuando estaba buscando el"Grailscope" (el telescopio del Grial). En esa expedición encuentro (en las cuevas) esos rectángulos dorados sobre el techo, los cuales grabé. Hay que explorar debajo del río y hacer expediciones para ir del otro lado, que coincide con lo de Jaramillo (Petronio)
-¿Cuál es tu opinión sobre Jaramillo?
Es un tema que lamentablemente es bien importante, si realmente Moricz escucha la historia de Jaramillo en casa de Moebius, el alemán que estaba en contacto con Andrés Fernández Salvador, el gran explorador de los Llanganates. Son los temas de discusión. Yo no me pronuncio por ninguno, pese que me queda intacta la duda si realmente Moricz tiene su propia fuente o se inspira en Jaramillo, aunque Jaramillo era un mitómano que alimentó su narrativa.
-Pero logró convencer a Hall
 Sí, es que Hall al perder la amistad con Moricz, se tiene que agarrar de algo y como buen gringo, "old gringo", se agarra de la última fuente, que no es realmente la fuente, yo dudo que sea Jaramillo, porque ya cuando Jaramillo da su versión a Pino Turolla, ya Moricz estaba explorando la zona de Tayos. Hay un desfasaje. Andres Salvador está totalmente convencido que Moricz escucha la versión de Jaramillo y se apropia de la historia y la adapta, ya que estaba buscando el tesoro de Atahualpa y otras riquezas.
Alex Chionetti en Buenos Aires
Volviendo a mi expedición, hago una segunda al Pastaza, hasta llegar a las profundidades y ahí de me acaba el término del documental con Ecuavisa y me quedo solo, me faltaba el Coangos porque me abandona el director de fotografía, como había hecho con Hall, y tengo que empezar de nuevo, digo "¿cómo lo hago?"  no tenía el Grupo Táctico para llegar, y de casualidad conozco al Grupo de Intervención y Rescate (GIR) y les propongo que me entrenen para llegar solo, yo no me quería ir de Ecuador sin llegar al Coangos, era mi momento de gloria personal y después la expedición se convierte en una pesadilla pero nunca me rindo, si el GIR me abandona continuo solo. Ya había vientos de hostilidad, y justamente cometí el error de, a través de Peña Matheus, quien me "puso" a Nivello, a este señor que yo no sabía que era odiado por los Shuars, porque llevaba gente europea y ellos consideraban que explotaba y desacralizaba las cuevas. Quedó ese estigma. Casi nos matan, tenemos que hacer la escapada final, no estaban emboscando y finalmente nadie salió lastimado pero pudimos haber muertos porque nos venían a linchar.
-Sobreviviste a la "maldición"
Sí, no se si es una maldición o una bendición, si bien mis anteriores colegas Julio, Stanley Hall, Moricz, Jaramillo, todos terminaron mal.
-¿Andreas Faber Kaiser?
 Él es algo menor en esta historia. Pensaba que Moricz no había muerto y que había que abrir su tumba.
-No era el único que pensaba así, hay algunas historias dando vueltas de gente que ha visto a un Moricz anciano en Ecuador y aquí en Argentina.
¿Con Hitler? (risas)
-¿Conociste a Zoltan Czellar, el secretario de Moricz?
No, conocí a su hijo. Él tiene los huesos de "la giganta", en Los Ángeles y no me los quiso dar para análisis. Uno de los huesos, un fémur se supone que está en la casa de la viuda de Goyén Aguado. Me lo mostraron, pero me pareció más un hueso de mastodonte que de ser humano.
-Algo que no se puede disociar del tema Tayos, es la colección del padre Crespi. Quiero saber tu opinión
 Yo no lo pude estudiar bien porque los salecianos de allí, típico, mentes cerradas, y bastante antipáticos, no me dieron acceso. Eso se tiene que rescatar, ahí se está pudriendo. Hay que hacer algo.  Yo pensaba ir a Torino para hablar con el director de los salecianos para hacer algo. Sacar eso de ahí, clasificarlo aunque sean latones. Tengo la mente abierta, puede haber algo de Tayos. Los salecianos habían bajado a las cuevas. En las entrevista que hice, aparece un cura italiano que dice que habían bajado y encontrado en la zona, esas placas... por eso era importante hablar con Crespi. Hall como gringo, tampoco lo supo encarar bien, yo creo que Crespi iba a hablar si uno no solo lo visitaba una tarde y desaparecía, sino estar con él y convivir, no ir solo a sacarle información.
- Tayos: ¿A través de los años, llegaste a una conclusión o esa conclusión sigue abierta?
 Es un tema difícil. Tanto en mi documental como en mi libro (aún no editado) no llego a una conclusión.
-¿Dudaste en algún momento?
 Empecé a dudar justamente cuando estaba en Ecuador, cuando volví a mi oficina en Ecuavisa, sentía que había algo luciférico con Moricz, algo no diabólico pero nefasto porque era una gran decepcion y me acuerdo que estaba revisando la correspondencia con Hall en esos momentos, en las que yo le recrimino varias cosas y también sobre "su cueva" y el gran estado de frustración de sentir por momentos de que no había nada y de que todo era un bluff, una estafa. Pero sigo considerando que Julio y Moricz tuvieron una experiencia en el año' 68, si fue física o no física, todavía no se. Vuelvo a mis Mundos Paralelos, si tal vez fue una experiencia dimensional, si esas bibliotecas están en otros planos de existencia que es un poco lo que Hector Burgos Stone también experimentó en el lugar, pero en una forma astral, viajando con su mente. Siempre digo: por mi amistad, respeto y por mi consideración de que Julio nunca ganó nada con esto, por qué iba a inventar esta historia. Hay cosas laterales que los periodistas deformaron.
-Como Von Daniken en su momento
 Claro, Von Daniken crea todo una debacle, una hecatombe, desinformación y exageración. El mismo Von Daniken en el año ' 93, me dice cuando lo entrevisto: "yo inventé la historia, tuve que embellecerla". Yo fui productor de Alienigenas Ancestrales y Giorgio (Tsoukalos) -que es el principal- y Von Daniken, no querían tocar el tema, por eso se fueron para el lado de S. Hall, entonces me peleé con la productora y dejé de trabajar porque me cambiaron todo, la historia era Moricz y Julio.
- Siempre me pregunté ¿por qué con el paso de los años, Moricz no volvió a llevar a Julio a Tayos, teniendo en cuenta que lo consideraba su discípulo, para completar la enseñanza de los tesoros que allí se encontraban?
 Es lo que yo también les recrimino a los Peña Matheus, por qué ellos no pidieron una prueba material. Estudiando sobre los mormones, veo que es muy parecida la situación de la evidencia de Joseph Smith y el libro mormón, de la evidencia que Moricz nunca da y como lo elude, pese a que hay testigos materiales. Es casi un calco, se vuelve a repetir la historia, aunque Moricz y Julio no crean una religión. Ese es un gran misterio y la clave era  Moricz. Y los Peña Matheus no le exigen pruebas, viven con él, lo financian, estaban como hipnotizados, no se animan a preguntar. y eso está en mis entrevistas.
-Si esto fuera un fraude, Moricz, la historia, la defendió hasta el último día de su vida, desde los años '60 a los '90 a capa y espada. ¿Puede una persona defender un fraude tantos años prácticamente sin ganar nada a cambio?
Y registrar todo ante notario público, tendría que estar muy chalado para llegar a ese "caradurísmo". Yo he hecho en los últimos años varios experimentos con psíquicos, médiums y remote view (visión remota) con respecto a los Tayos y sus personajes. La mayoría coincidió en que la historia no existía, que era una estafa, con el objetivo de ganar dinero. Eso fue independientemente, sin decirles ni describirles nada. Sigo trabajando en eso, con otro "visionador remoto", discípulo de Ingo Swann, veremos que pasa. Para mi próxima expedición quiero tener una pista. La idea es ir por el río Yaupi. Julio dice en mi entrevista (en el año '97): "hay librerías en muchas cuevas de los Tayos". En esa misma entrevista defiende a Moricz, no lo contradice, lo verifica; eso me da una constancia que algo hay. Habla de los guías, de los guardianes y eso queda inconcluso, si son guardianes físicos o invisibles...
-Para finalizar, ¿cuál es tu teoría sobre el mundo subterráneo?
 La que siempre es sostenido: la teoría de la Atlántida y Lemuria, los sobrevivientes se refugiaron en las alturas y en los niveles subterráneos, y que pudieron quedar resabios de esas culturas. Como los túneles de los Tayos, que considero no son naturales.
-¿La clave está en los Andes?
La clave está en los Andes. Hay que seguir experimentando como Julio, que no se cansó de buscar, su vida y su muerte son parte del misterio interno de los Andes, del mundo interior, de nuestro espíritu, de nuestro ser.

Alex Chionetti y Pablo Basterrechea

lunes, 9 de noviembre de 2015

RECORDANDO A JULIO GOYEN AGUADO

Un 7 de Noviembre de 1999 moría en un accidente automovilístico el gran espeleólogo, explorador, historiador y criptozoólogo Julio Goyén Aguado. Queremos junto a su amigo y colega Javier Stagnaro (quien nos acercó este material de archivo) recordarlo, publicando uno de los primeros reportajes sobre Julio y la naciente disciplina de la espeleología en Argentina, en el diario Clarín del miércoles 16 de Junio de 1971. Se notará como Goyén Aguado se refería con gran entusiasmo, en esos tempranos años, a las teorías y descubrimientos de Juan Moricz a quien había acompañado a la "Cueva de los Tayos" y percibido algunos de sus maravillosos "tesoros". Luego, por varios años Goyén hablaría poco y nada sobre estos hallazgos en un pacto de silencio con su mentor. Don Julio, un personaje sin par.




EL MUNDO DEL ESPLENDOR SUBTERRÁNEO
Congregados en Centro Argentino de Espeleología, estudiosos de diferentes especialidades investigan los misterios encerrados en el corazón de la tierra

"Miles de años atrás, cuando la amenaza de un cataclismo los ahuyentó de la superficie de la tierra, los hombres de raza roja buscaron refugio en las cavernas, que se multiplicaban debajo de la cordillera. En la entraña misma de la roca levantaron paredes de pulido granito que cobijaron sus bibliotecas de laminas de metal, y las estatuas talladas que aun hoy hablan de una fabulosa civilización. Es la perteneciente al antiguo continente Gondwana o Lemuria o Mu, que abarcara el sur de Asia, Australia, las islas de Melanesia y Polinesia y la Isla de Pascua, ensamblándose con América a lo largo de la cordillera de los Andes"
 Quien se demora en estos esplendores es Julio Goyén Aguado, fundador del Centro Argentino de Espeleología, arqueólogo autodidacto y apasionado "desde siempre" por el desafío de las cavernas.
 Un encuentro con Juan Moricz, espeleólogo húngaro radicado en la Argentina, habría de precipitar su pasión. Moricz le hablo de su descubrimiento de "la cueva de los Tayos", en la zona oriental de Ecuador. Se detuvo en los pormenores de la expedición donde con el auxilio de los indios Jíbaros y después de atravesar anchos ríos y peligrosos rápidos consiguieron llegar a la casi inaccesible boca de la caverna. Después del fatigoso descenso se encontraron por fin con el inmenso sistema de bóvedas que combinando estructuras naturales de andesita con elementos de granito pulimentado posibilitaba el acceso a las maravillas del mundo subterráneo cuyo silencio solo interrumpía el vuelo rasante de los murciélagos.
 Moricz continuo desplegando ante Goyén Aguado una fascinante teoría según la cual esas cavernas se prolongarían a lo largo de toda la cordillera de los Andes, sirviendo  de vivienda a los hijos de una fabulosa civilización cuyas huellas filológicas pueden  rastrearse en el idioma de los brahmanes de la India, ciertos vocablos egipcios, algunos sonidos griegos.
 La idea de la cordillera hueca atravesada por kilómetros de túneles fascinó a Aguado, que en octubre de 1970 fundaba el Centro Argentino de epeleología junto a un grupo de expertos en diversas disciplinas. Como Norberto Ovando, geólogo y bioquímico de Parques Nacionales; el doctor en ciencias químicas Alfredo Romanelli; el ingeniero electrónico Eduardo J. Quereilhac; el técnico en minería Anibal Sciarrett; el teniente Juan Carlos Varela, experto en pinturas rupestres y cerámica indígena; el espeleólogo internacional Carlos Fernández Bazán.
 Poco después Ovando y otros espeleólogos concretaban un espectacular descenso a la Caverna de las Brujas, en la provincia de Mendoza. Aunque no tiene conexión con el sistema de túneles- se trata de una depresión subterránea o "dolina"- el descenso a la cavidad configuró una faena fascinante. Los estudiosos se declararon impactados por el impecable silencio, el esplendor de la tierra traducido en forma de las estalactitas y estalagmitas talladas por un artista invisible que en deslumbrante recepción comenzaron a coruscar bajo la luz de las linternas.
 Las sierras de Lihuel-Calel en la provincia de La Pampa fueron el siguiente objetivo de los espeleólogos, esta vez con Goyén Aguado integrado al grupo que halló como recompensa de sus excavaciones, piedras de gran valor geológico. Los adeptos de un tema apenas explorado en la Argentina desempeñan sus tareas en medio de las consiguientes dificultades y todos deben costearse sus propios gastos.
 "Quiero destacar, sin embargo, de manera especial- dice el presidente del centro- el importante apoyo logístico que nos presta el Departamento de Investigación y Desarrollo del Estado Mayor General del Ejercito, por cuya gestión las diversas unidades destacadas en las zonas donde cumplimos actividades nos facilitan hombres, vehículos y aparejos especiales para subir y bajar de las cavernas".
 El espeleólogo francés Norberto Casteret afirmó en una ocasión que "las decoraciones más lujosas y bellas quedan ensombrecidas al lado de la esplendidez subterránea". El concepto es ampliamente compartido por sus colegas argentinos del Centro de Espeleología, cuyos miembros esperan hacer un indice de cavernas de nuestro país con miras a su proyección cultural y turística, explorando de manera especial la existencia de la galería subterránea que recorrería la cordillera de los Andes.
 Sus integrantes no lucen los equipos de colores vivos (rojos o azules) que han adoptado los espeleólogos extranjeros, en virtud de la dificultad y alto costo de su obtención. Los sustituyeron por ropa de trabajo en tela marrón oscuro, casco protector, botas y guantes de cuero. El entusiasmo suple mayores exquisiteces y cuando los 400 metros de soga de nylon comienzan de desenrollarse para descender a la fascinante oscuridad, los espeleólogos comienzan a vivir un éxtasis desconocido para quienes prefieren permanecer en la superficie de la tierra.
 Las cuevas del nordeste argentino son la próxima meta de nuestros especialistas; a través de ellas será posible hallar quizás otros indicios acerca de la probable existencia del mundo subterráneo, las huellas de la gigantesca civilización desaparecida que se extinguiera misteriosamente por el mundo. 


Recreación: un joven Goyén Aguado observando, en segundo plano, los descubrimientos de Juan Moricz en la Cueva de los Tayos en 1968 (ilustración Dan Joel Crocsel)

Julio junto a integrantes de la Fuerza Aérea Argentina, quienes colaboraban asiduamente en sus exploraciones
Goyén Aguado en el volcán Llullaillaco (Pcia. de Salta) en una de sus últimas expediciones

martes, 6 de octubre de 2015

EL MISTERIO DE SIRIO B por Erich von Daniken

Cuando se esgrimen los fundamentos de la teoría de los Antiguos Astronautas, uno de los caballitos de batalla, es la mitología de las tribus Dogon de África y sus cultos ancestrales. Y quien sino, Erich Von Daniken (Las Huellas de los Dioses, Walter A. Fuchs, 1980) nos puede relatar este misterio que al día de hoy sigue fascinando como hace tantos años.

Reiteradamente, los exponentes de la "Ancient Astronaut Theory" sostienen que los extraterrestres que nos habrían visitado hace miles de años fueron manifiestamente de semejanza humana. Dibujos y grabados en las rocas, y antiguas mitologías lo demuestran así, e igualmente se desprende la misma conclusión de las representaciones religiosas. A lo cual se opone el crítico, por considerarlo irrisorio. Los extraterrestres, según él, se habrían desarrollado de manera muy distinta a nosotros y jamás se nos hubiesen asemejado. Y es este repetido aserto el que desearía yo invalidar con las consideraciones que a continuación expongo. En tanto que en cualquier planeta de otro sistema solar dominen similares condiciones prebióticas a las de la Tierra, la vida se formará y desarrollará en gran medida de manera semejante. Ello es muy simple, puesto que la evolución tiene formas condicionadoras. Y contra estas formas y leyes es impotente la vida en desarrollo. Ejemplos para las formas condicionadoras: hay muchos. La frente debe siempre desarrollarse en la proximidad de los ojos. Es éste el camino más corto para las neuronas y con ello la reacción. La nariz se encuentra siempre en la proximidad de la boca, pues el ser viviente quiere oler y probar, antes de comer. Las manos o asideros deben extenderse forzosamente hacia delante, y por cierto en el ángulo visual, pues deben ver lo que prenden. Como ya se ha dicho, para un tal desarrollo humanoide es premisa indispensable la existencia de un ambiente prebiótico semejante al que se encontrara en la Tierra. Y de hecho, es extraordinariamente elevada la probabilidad estadística de que existan planetas semejantes a la Tierra con similares disposiciones prebióticas. Las más recientes estimaciones cifran en doscientos mil millones las estrellas fijas sólo en nuestra Galaxia. La posibilidad de que otros planetas sean semejantes a la Tierra es pues considerablemente mayor de lo que hasta ahora se había supuesto. En estos planetas semejantes a la Tierra deben consecuentemente desarrollarse también entes vivientes similares a los terrestres, y hacerse inteligentes con el tiempo (cuando menos las especies apropiadas) hasta lanzarse un día al viaje espacial. Y cuando abandonan su sistema solar y ponen rumbo a otro extranjero, es consecuencia obligada que busquen para su aterrizaje un planeta semejante a la Tierra, o sea, parecido al suyo propio. Nosotros procedemos exactamente así. Enviamos nuestras sondas de investigación a los planetas de nuestro sistema solar, para examinar sus posibilidades de habitabilidad. Y así lo hicieron también los extraterrestres. Buscaron un planeta idóneo para su aterrizaje, que correspondiese a sus propias condiciones de vida, y en el cual pudieran establecerse y desarrollarse lo mismo que nosotros, yendo así a parar precisamente a nuestra Tierra. Una vez aquí, los extraterrestres manipularon genéticamente a nuestros primitivos antepasados, y por cierto "a su imagen". Así lo confirman las Mitologías de todos los pueblos, y también la Biblia. i Los "dioses" (plural) crearon a los hombres "a su imagen y semejanza"! Mas esto significa también que nuestro cerebro se desarrolló de manera semejante a la de los extraterrestres. El cuestionamiento del crítico se torna por consiguiente absurdo, pues los extraterrestres no se han desarrollado al azar lo mismo que nosotros, sino nosotros como ellos, y por cierto deliberadamente... siempre considerando como base de nuestras reflexiones al modelo lógicamente estructurado que contemplábamos delante. Somos el producto según su propia imagen. Por ello es también comprensible que nuestro pensamiento discurra obligadamente en el mismo sentido que el de los extranjeros que nos visitaron. Un hombre piensa en efecto en sentido humano y no en el de un cocodrilo. No tiene pues cabida alguna la objeción de que los extraterrestres no pudieran ser humanoides. Una inequívoca prueba mitológica para la visita de extraterrestres a la Tierra en un lejano pasado la ofrece el culto de los negros Dogon. Tras la II Guerra Mundial, en el año 1946, los etnólogos franceses Madame Dieterlen y Monsieur Griaule se trasladaron al África donde vivieron durante cuatro años en la tribu de los Dogon. A su regreso a Europa en el año 1951 publicaron un extenso y documentado artículo en el Journal de la Societé des Africanistas, revista especializada del "Musée de l'Homme" de París. El título del artículo rezaba: "Un Sistema-Sirio sudanés". Los dos investigadores habían constatado que los negros Dogon celebraban cada cincuenta años una festividad específica, a la que denominaban "Fiesta Sigui". Al preguntarles los etnólogos cuál era el motivo de la misma y su significado, los negros les respondieron que era debido a que cada cincuenta años Po-Tole circunda a Sirio. Po-Tole, según los negros, es invisible. Los investigadores indagaron de dónde podían saber los Dogon que una estrella a la que llamaban Po-Tole circundaba cada cincuenta años Sirio, si no podían verla. Y su respuesta fue pasmosa: "Nommo, el Padre, que vino del Universo, nos lo dijo así." Y Nommo había dicho aún mucho más a los negros Dogon.
Les dijo, por ejemplo, que Po-Tole era la estrella más pequeña del sistema Sirío. Que hasta era muy pequeña y se componía de una materia que era llamada por los negros "Sagala". Esta materia era sumamente penada. Tan pesada que un puñado de ella pesaba tanto como "toda la orilla de la costa del mar". Otro indicio más era también distintivo de la pequeña estrella que circundaba a Sírio. Po-Tole es una palabra doble. Po designa a una especie de cereal, y Tole significa muy pequeño. Puede pues traducirse por "el grano más pequeño". Y en efecto el acompañante de Sirio es extraordinariamente pequeño en comparación a esa gigantesca estrella. Añádase a ello además que los negros Dogon representan la revolución oval del acompañante de Sirio en los dibujos que efectúan con pasta de mijo en máscaras y rocas. Como aclaración desearía incluir algunas observaciones sobre el sistema de Sirio. Sirio es la estrella más brillante en el cielo nocturno nórdico, como todo el mundo sabe. Se encuentra en la constelación del Gran Can y fue ya conocida por los antiguos egipcios con el nombre de Sotis. Sólo a mediados del siglo XIX, y tras largos años de observación, el astrónomo americano Bassel descubrió ciertas oscilaciones en Sirio, desacostumbradas en una relativamente inmóvil estrella fija. Durante décadas fueron medidas y registradas esas oscilaciones, hasta que se descubrió que se repetían regularmente cada cincuenta años. Ulteriores cálculos dieron por inequívoco resultado que Sirio debía estar circundada por una invisible acompañante, la cual era manifiestamente capaz de influir en el equilibrio gravitacional de la estrella principal. Y esta acompañante invisible fue bautizada con el nombre de "Sirio B". Hasta que en nuestro siglo, hacia 1929, el astrónomo americano Clarke logró descubrir ópticamente con un
potente telescopio a la hasta entonces invisible Sirio B exactamente en la posición calculada. Posteriormente el acompañante pudo ser fotografiado con aparatos de gran capacidad. A simple vista, Sirio B sigue siendo aún invisible, pero con ayuda de poderosos medios auxiliares modernísimos pudo estimarse que el acompañante de Sirio es una de las llamadas "blancas enanas", o sea, una pequeñísima estrella de extraordinaria densidad. La relación de Sirio A a Sirio B es, según el más reciente conocimiento, de 0,42: 27.000. Sirio B sería, pues, una estrella extremadamente compacta con una inconcebible densidad. Sirio B circunvala a Sirio A en exactamente 50.004 años. La Mitología de los negros Dogon está pues muy expresivamente confirmada por la Astronomía moderna. Esta tribu ha sabido siempre que Sirio está circunvalada por una invisible estrella acompañante. Y ha sabido, además, que para realizar una de esas revoluciones emplea cincuenta años. Sirio B es invisible. A pesar de lo cual sabían de ella los Dogon. Sirio B es muy pequeña. Se trata pues de una blanca enana. Sirio B es de una elevadísima densidad. También esto concuerda y los Dogon lo han sabido asimismo siempre. Tenemos pues cinco pruebas inequívocas de que a la tribu Dogon le fue transmitido por su "celestial Maestro" un conocimiento que nosotros ignorábamos hasta hace poco. Mas en última instancia los críticos arguyen que es posible que alguien a comienzos de este siglo visitara a los negros Dogon y les contase sobre Sirio B. Pero el propio culto de los negros descarta esta objeción.


En cada fiesta del cincuentenario Sigui los Dogon elaboran un determinado brebaje en la choza del jefe de la aldea. Cada familia se halla obligada en esta ocasión a fabricar un recipiente con tallos entrelazados de plantas y meter en él un poco del brebaje ligeramente alcohólico, al cual se le añadirá agua en la propia choza. Tras la fiesta del cincuentenario son colgados los recipientes vacíos de la viga maestra de la correspondiente choza, donde se marchitarán y ya no serán más utilizados. Al contarse estos resecos recipientes se sabe exactamente cuántos siglos hace que los negros Dogon celebran su Fiesta Sigui. El comienzo de este culto se retrotrae al menos al siglo XI, y entonces no había hombre alguno en este planeta que supiese algo sobre la blanca enana Sirio B, la duración de su período, sus proporciones gravitarias y su tamaño y densidad. Veo en estos hechos incontrovertibles una terminante prueba de que la Tierra recibió otrora la visita del Universo. Y quien duda de esto, no alcanzará manifiestamente a poseer una perspectiva universal, o no se hallará en posición de asimilar estos nuevos conocimientos. Las huellas de los "dioses" pueden hallarse por doquier en nuestro globo; basta con abrir los ojos y aprender a ver... a ver con los ojos de hoy y sin las polvorientas gafas de un científico emperrado en sus rancias ideas de las que no quiere apearse. Dos ojos ven más que uno, y cinco pares de ojos más que los míos solos. Por ello doy la más cordial bienvenida al eficaz concurso que me prestan los autores de esta obra en el examen de la cuestión. No espero ninguna prueba terminante, pero quizá sí valiosos datos... y hasta nuevos indicios de aquellas Inteligencias que en el más oscuro pasado visitaron la Tierra y fueron después convertidos en dioses o héroes. La nueva Ciencia de la Astro-Arqueología va a cobrar por ello gran trascendencia social, y aun cuando todavía faltare el último indicio de la acción extraterrestre en la Tierra, recuérdese a Schliemann, a quien bastaron las Leyendas y los Mitos para encontrar a la desaparecida Troya. Tengo una gran esperanza de que esta obra contribuirá a convencer a muchos más hombres, que no estamos solos en el Universo... y que nunca lo estuvimos.



viernes, 28 de agosto de 2015

JUAN CARLOS SPADAFORA, UNA CHARLA CON UN VERDADERO PROFESOR

P. Basterrechea, J. C. Spadafora y J. Stagnaro
Con la compañía de Javier Stagnaro me reuní con una persona que quería conocer hace tiempo, el veterano investigador Juan Carlos Spadafora (durante muchos años jefe de investigaciones de ONIFE, organización liderada por Fabio Zerpa). Imposible es resumir una charla de tres horas, con tantos datos, experiencias y conocimientos que Juan Carlos expuso con gracia y sencillez. Como no fue una entrevista formal, sino una conversación que navegó, sin orden alguno, por variados temas relacionados con la ovnilogía y otros misterios, destacaré algunos comentarios, informaciones y sobre todo lo más interesante a mi juicio: sus experiencias personales, realmente sorprendentes y casi desconocidas fuera de su entorno más íntimo.
Juan Carlos comenzó contándonos como conoció en la India al famoso swami Sai Baba, luego de varias peripecias, dignas de las novelas de Dan Brown y como este, hizo materializarse de la nada en el dedo de Juan Carlos, un anillo con el signo del Om, que aún conserva.
La primera pregunta obligada fue naturalmente, cómo se interesó por el fenómeno Ovni. A los 18 años, almorzando con su familia, un caluroso mediodía de verano del año 1955, en el barrio Santa Rita (Villa del Parque), su padre llama a toda su familia para que salgan a la vereda para ver un objeto en forma de platillo, exactamente igual al que en la literatura ufológia se considera "Adamskiano"("tenía un color plateado...se veía perfecto...se bambaleaba un poquitito, hasta que en un momento determinado se fue a una velocidad increíble y desapareció... todo el barrio lo vio"). Desde ese momento empezó a investigar a fondo...
 Luego de contarnos su paso por Capilla del Monte investigando la huella del cerro Pajarillo (1986) entrevistando a los testigos, se detuvo en su ultima experiencia, hacía nada más que un mes y medio, en la zona donde se encuentra la celebre - ufológicamente hablando- estancia La Aurora (Salto,Uruguay). Parando con un amigo en el hotel cercano Los Naranjos, al costado del río Daymán, una mañana bien temprano, Juan Carlos se despierta por los ladridos de un perro, se acerca al ventanal se su habitación y ve sobre el río un manto de niebla, de la cual se desprende otra masa de niebla en forma de nube que se desplaza hacia el medio del campo; de inmediato sale de ella un platillo invertido, pequeño (del tamaño aproximado de un plato para taza de café), plateado; se dirige hacia el perro que merodeaba por allí, el cual ladrándole furiosamente, trata de atraparlo. Del platillo sale un haz de luz que elevó al perro llevándoselo suspendido en el aire, Juan Carlos trata de avisarle a su compañero de habitación, pero en pocos segundos el objeto desaparece. Todo esto sucede a escasos quince metros del ventanal. Juan Carlos dice que podría haber abierto la ventana y pasar al balcón para acercarse más a su visión pero "en toda mi vida cuando investigué, dije que los que vienen de arriba son científicos, por ahí me llevan a mí y yo no quería que me lleven... siempre les dije a mis alumnos: nunca se pongan bajo la luz compacta y coherente..."

Juan Carlos Spadafora
Ante mi insistencia en lo que sucedía en la estancia, nos contó otros datos y experiencias que acumuló a través de los años de investigar en La Aurora. En una oportunidad estando en un bosque lindero con su hijo y dos personas más, vieron entrar un coche con seis personas, cinco hombres y una mujer, que se bajan y se posicionan en total silencio en un montecito frente a Juan Carlos y sus acompañantes, hasta que de otro bosque cercano aparece un "globo gigante", de color celeste, muy  brillante que de repente se estrella sobre las seis personas, luego se va hacia arriba y desaparece; las personas se abrazan y bajan del montecito, suben al coche y se marchan, eran cinco, faltaba una....
También Juan Carlos nos habló de una huella de un ser gigante que se encontró en ese bosque y que el molde de yeso lo conserva Fabio Zerpa; además, nos aseguró que (confirmando un antiguo rumor), enviados de la NASA y de Japón, estuvieron haciendo investigaciones en el lugar y que el conocido Ombú que apareció quemado, no fue por un rayo de tormenta sino por uno lanzado desde un Ovni.
 Otra anécdota que nos asombró es la siguiente: en una oportunidad habiéndose desbordado el río Salado, Juan Carlos y un compañero investigador hicieron una vigilia cerca de una de sus orillas. Por la madrugada, mientras estaban escuchando música dentro de un coche, pasan por un costado dos "Kappas" (seres de los cañaverales en la mitología oriental), totalmente negros, con una vara en sus manos, similares a un "hombre rana", con una especie de pico y una estatura de alrededor de dos metros, caminando entre las malezas, hasta meterse en el río...
 Un lugar donde Juan Carlos no podía dejar de ir a investigar es Victoria (Entre  Ríos), zona con gran casuística Ovni, sobre todo en los años '90. Cierta noche -nuevamente con su compañero investigador Arturo- tomando mate en un paraje de Victoria, sienten un ruido a movimiento de maleza, Juan Carlos prende su linterna hacia ese sector y ve alrededor de quince "hombrecitos", con cuerpos finitos y cabezas y ojos muy grandes, de color amarillentos, que caminaron muy ligeros hacia un árbol cercano a una casa abandonada... a pedido de su amigo, se fueron del lugar.
Javier Stagnaro y Juan Carlos Spadafora
 "Lo que ocurre con el fenómeno Ovni es lo siguiente: es un fenómeno que va más allá de nuestro entendimiento, de nuestra comprensión, de nuestra propia investigación, es decir nos supera; ¿el ser humano, en realidad, está preparado para tener conocimiento profundo de lo que es el fenómeno Ovni?... no está preparado porque yo puedo asegurar que hay gente que si llega a ver al lado suyo un aparato de estos, al otro día lo niegan, porque el temor supera a la realidad de pensar en forma coherente... las personas  prefieren negar.... es más fácil decir no creo que decir creo.
 Todo el que investiga tiene que tener fundamentos primordiales: la conciencia de saber que se está ante un fenómeno extraño que va mas allá de nuestro conocimiento científico y cotidiano; tenemos que enfrentarnos con algo extraño, y lo fundamental es tomarlo con calma, anotarlo, grabarlo, escuchar, escuchar mucho y llegar a las conclusiones que llegué yo: quedarme tranquilo, seguir investigando... Sigo investigando en silencio y se que son superiores a nosotros y no porque sean super inteligentes, sino porque están super adelantados, más allá de nuestra comprensión... manejan el factor tiempo de una forma brutal, extraordinaria y si no aparecen ante la gente es porque en realidad, (como me decía Pedro Romaniuk: 'a mi me toman por loco porque digo que hay miles de aparatos que andan por arriba de nosotros y no los vemos, pero están, con una vibración distinta a la nuestra'), nuestra inteligencia no está desarrollada para poder verlos... pero están. Si no estamos preparados, a lo mejor nos están haciendo un favor... Son viajeros del tiempo que vienen de otros lugares, con varias intenciones...
 Entre anécdotas y recuerdos "ufológicos", compartidos con Javier Stagnaro (investigadores, congresos, casos investigados e intimidades del "ambiente") se completó una charla memorable. 

J. C. Spadafora, J. Stagnaro y P. Basterrechea



lunes, 10 de agosto de 2015

BOCHICA, EL EXTRATERRESTRE PRECOLOMBINO

Artículo publicado en la revista Espacio y Tiempo (n° 19, Septiembre 1992) por Miguel Roberto Forero García

Bochica

El "caso Bochica" está registrado en Colombia con el insignificante rótulo de mito. Así aparece en los textos escolares de Historia y algunos indigenistas consideran su llegada a Suramérica como algo confuso e indemostrable. Hoy. sin embargo, tenemos informaciones menos imprecisas y documentos que acreditan su permanencia en tierras colombianas, y sabemos más de lo que pudieron saber al respecto los inmigrantes europeos llegados después del Descubrimiento. Frecuentemente, las actividades del enigmático viajero extraterrestre se confunden con el éxodo de los protopobladores continentales llegados de las regiones fluviales del Amazonas y del Orinoco. Es más, algunos autores, como el Padre Gumilla, conjeturan que pudo ser un retoño del tronco genealógico de los nautas del Arca, que en época post-diluviana arribó al Brasil después de un largo itinerario transpacífico. El asunto data de 1540, cuando un anciano cacique convertido a la fe cristiana confió a los capellanes
del licenciado fundador Jímenez de Quesada una noticia como para santiguarse: la visita de un hombre venido de las estrellas. A él se lo habían contado sus antepasados, que lo escucharon de otros más viejos y, éstos, de labios de quienes lo vieron llegar. Los aterrados frailes conocían desproporcionadas historias sobre razas con hombres de tres cabezas, el mohán de los ríos, comarcas donde brotaban el oro y las piedras preciosas... pero absurdos como éste, jamás.

EL ATERRIZAJE DE PASCA

El arribo de una inmensa nave interplanetaria - que no otra cosa pudo ser - sucedió durante la fiesta de Huan, después de recoger la cosecha del maíz, cuando la concurrencia era enorme en las abruptas serranías de Pasca, al oriente de Santa Fe de Bogotá.
Según la versión indígena, fue en septiembre de un año imprecisable, seis mil antes de hoy, cuando al ponerse el sol bajó de las nubes una "casita de luz", símil utilizado por los naturales del país para señalar el extraño aparato aterrizado ante la muchedumbre, que veía arder la hierba por efecto de un "fuego invisible", exento de humo y de llama, producido tal vez por el sistema de propulsión iónica del ovni.
De aquel aparato metálico, "del color de la plata batida", redondo y más grande que los bohíos, detenido a pocos centímetros del suelo, salió un hombre desconocido y tambaleante a quien desde entonces llamaron Bochica, "Supremo Dios de la Tierra y Patrono de los Caciques". Era de gran estatura, afable, pacífico y comunicativo quien, hablando en su misma lengua, prometió a los chibchas convivir con ellos y servirles por muchos zocames (años) hasta que se cumplieran veinte de treinta y siete lunas, o sea, un zocam-gueta, equivalente a 70 años de los nuestros, al cabo de los cuales se marcharía con el viento, como en efecto ocurrió. Claro está que los aterrados hombres de Dios no entendieron esto de la nave y del aterrizaje. En materia de vuelos su conocimiento no iba más allá del aleteo del cóndor planeando sobre su presa, o del milagroso viaje del profeta Elías en el vistoso carruaje de fuego ensamblado por el Señor para su ascenso a los cielos. Achacaron entonces el aterrizaje de Pasca a un abominable satanismo digno de combatirse con la bendición de capillas en cada uno de los parajes visitados por el exiliado celeste. Esta es la razón para que en muchos caminos rurales de Boyacá todavía existan estos puntos de oración a donde acuden los campesinos a espantar el diablo. Desde luego, en este caso, el celo de los eclesiásticos no causó tanto daño como el del arzobispo Diego de Landa, en México, con la destrucción de inapreciable literatura informativa de las culturas azteca y maya.

¿CÓMO ERA BOCHICA?

Los únicos documentos competentes para precisar su figura son los escritos por los misioneros españoles durante su estancia en el Nuevo Reino de Granada. Muchos de los valiosos elementos descriptivos de estos manuscritos se refrescan magistralmente en la producción histórico-literaria del Padre Pedro Simón, de Lucas Fernández de Piedrahita, del cura Aguado y de Juan de Castellanos, minuciosos cronistas del siglo XVI, para quienes no fue indiferente la misteriosa aparición de Bochica y su periplo por tierras del Nuevo Mundo. Estos materiales informativos, de primera mano, sirvieron para elaborar un identi-kit o retrato hablado, trabajo de historiadores, anatomistas y expertos en dibujo manual e imágenes electrónicas que prepararon el perfil aproximado de un hombre que vivió hace siglos. Del identi-kit no fue posible una copia. Quien conservaba el original falleció y su archivo fue a manos de personas refractarias a esta clase de retrospecciones, quienes lo destruyeron. Bochica, también conocido con los nombres de Nenqueteba, Sadigua o Chimizipagua, tendría sesenta años, a escala terrenal, cuando desembarcó en las serranías de Pasca. Su piel era blanca, limpia y sonrosada; amable el rostro cubierto por espesa barba. Los ojos grandes y expresivos, como de porcelana azul, y la cabellera, encanecida. Andaba lentamente con paso majestuoso y le vieron alzarse entre la multitud significando su condición superior. Probablemente este fenómeno de levitación individual se presentó al contrariar la "tiranía vertical" por efecto transitorio de la gravedad terrestre con respecto a la de su planeta natal, diferente de la nuestra.
A propósito de este visitante prehistórico escribía en 1854 don Ezequiel Uricoechea y Rodríguez, consumado americanista, cosas como éstas: ... no puedo terminar sin decir algo más respecto del personaje misterioso que en tiempos remotos les sirvió de legislador y al que veneraban como a un Dios. Llegó por el oriente sin que sepamos cómo. Traía una barba larga y cabellera atada atrás con una cinta y una túnica sin cuello. Se apareció una tarde al ocultarse el sol en lo alto de un arco iris. Convocó a la nación y les ofreció remedio a sus males, no suprimiendo los ríos que podían serles útiles, sino dándoles salida". ("Memoria sobre Antiguedades Neo-Granadinas")

LA PISADA DE CUÍTIVA

Su peso y estatura corpóreas se han calculado examinando la huella de su pie, dejada sobre una piedra arenisca en el viejo camino de Cuítiva, población del Departamento de Boyacá, cercana del Templo del Sol construido por su inspiración en el valle sagrado de Suamox (hoy Sogamoso). Esta prueba muda encaja perfectamente en el confuso rompecabezas prehistórico armado por especialistas en paleopatología y por los arqueólogos que han revisado la amplia zona de influencia del furtivo visitante. La huella no se ha sometido al carbono 14, pero su datación no ofrece mayor problema. Basta observar la fina capa de oxidación que la cubre para comprobar que el proceso de sericitación ha transformado lentamente los feldespatos de la loza por acción químico-mecánica de agentes ambientales, posible únicamente en piedras muy antiguas. Mide 28 centímetros de largo por 9,5 de ancho en la franja metatarsiana y corresponde al pie de un bípedo, de extraordinario desarrollo muscular-esquelético, que debió pesar 85 kilos y medir 1,90 metros, talla imposible en los chibchas, gentes pequeñas por lo general. Hasta ahora no se ha podido desconocer el valor de esta estela que acredita la presencia física y los parámetros anatómicos de alguien que no era de aquí.

 EL HOMBRE DE LA MANO AL PECHO

 En las inmediaciones del princial Observatorio Astronómico Precolombino de "El Infiernito", en Villa de Leyva, se desenterró la estatua de piedra de un hombre de gran corpulencia y apostura. Esta pieza, que hubiera aportado inestimable información, fue destruida por el martillo de fanáticos parceleros que, con el pretexto de limpiar la comarca de "perturbaciones demoníacas", la hicieron pedazos. Uno de éstos, muy expresivo por cierto, hoy en el Museo Arqueológico de Sogamoso, era parte de un cuerpo de casi dos metros de estatura y corresponde a la mano derecha, abierta y en tranquilo reposo, sobre el pecho o cerca del mentón, de quién posó para el anónimo escultor aborigen. Salvadas las distancias, recuerda al famoso cuadro de El Greco. La mano, de 25 x 15 centímetros, fue labrada con exquisito gusto y esmero en piedra arenisca, de grano fino, fácil de pulir y, a juzgar por la oxidación que la baña, especialmente notoria en las líneas de fractura, debió ser esculpida en época anterior a la conquista española, lunas después del aterrizaje de Pasea. Quienes conocieron la estatua consideran que el personaje en cuyo homenaje se erigió era de mucha valía, por la nobleza de la obra y el absoluto sentido de grandiosidad, que así lo demuestran. Por lo demás, el lugar donde se halló indica que el homenajeado acaso fue el gestor del imponente Observatorio, único en el país chibcha.

CUANDO EL CIELO DECÍA SÍ

El centro más importante del saber precolombino fue este Observatorio que no pudo haber sido construido por gente sin capacitación tecnológica, o sin información muy completa de la bóveda celeste. Al no existir en tierras chibchas peritos en estas materias, forzosamente quienes lo erigieron eran de procedencia externa. En opinión de los entendidos, el Observatorio chibcha es similar al de Stonehenge, en Inglaterra, y una inexplicable réplica del crónlech de Carnac, existente en la Bretaña Francesa, cuadrangular como el nuestro. Para construirlo los aborígenes debieron tener, sin duda, la asesoría de un hábil arquitecto y de artesanos previamente adiestrados en la organización de conjuntos megalíticos, infrecuentes en sus territorios. El de Leyva lo construyeron sobre un rectángulo de tierra arenosa de 34,30 x 11,60 metros y erigieron allí 112 columnas de piedra dispuestas en dos hileras, de tal manera que las separaciones entre cada columna van desde los 0,38 centímetros hasta los 6,50 metros.
Las alturas son variables. Se encuentran columnas de sección cilíndrica de 6,80, 3,40 y 2,75 metros. El rectángulo está orientado hacia los cuatro puntos cardinales: el eje longitudinal va de Este a Oeste y et transversal de Norte a Sur. Las columnas sirven como miras para observar el orto y el ocaso de-Sol y de la Luna, localizar los planetas por la posición celeste y. además, realizar complejas operaciones matemáticas conforme al miento de los astros sobre las lineas del triángulo y las diagonales del conjunto, convertido en el computador lítico más ingenioso y exacto del mundo arcaico. Los arqueólogos nacionales aún debaten su utilidad práctica: unos sostienen que sirvió para fijar la fecha de las consagraciones sacerdotales, la hora para celebrar rituales mágicos y el culto astral. Otros creen que a través de la asombrosa instalación se calculaban las temporadas de sequía o de intensas lluvias, determinantes de la siembra y recolección de las dos cosechas anuales de quimua (chenopodiun quimue), grano rico en aminoácidos consumido en gachas por los indios. La hipótesis más atrevida es la planteada por el escritor Erich Von Dániken, con quien en años pasados lo visité. Dániken opina que también habría sido utilizado para "determinar qué días se podía engendrar o se debía evitar la cópula". Es más, el investigador suizo llega incluso a formular esta pregunta: "¿Pasaron por allí los Ogino-Knaus del paleolítico divulgando la buena nueva de la esterilidad cíclica de la mujer?" Probablemente este recóndito y abrigado lugar indígena estuvo con-sagrado a la placentera y controlada siembra de la semilla humana, cuando el Cielo decía que sí. ¡Vaya usted a saber!... No está de más anotar que se halla en cercanías y apuntando hacia la tenebrosa laguna de Iguaque, cuna de la Humanidad a partir de Bachue, Eva precolombiana en la cosmogonía chibcha.

 ¿BOCHICA UTILIZÓ LA ENERGÍA NUCLEAR?

Es apenas una presunción libre, originada en un episodio que la historia no registra, o si de pronto lo hace es para ofrecerlo como algo obvio, olvidando que en el momento de producirse no era posible sin la eficiente participación de alguien familiarizado con el uso de un extraño aparato. Lo encubierto por los historiadores oficiales permite sospechar que Bochica precisó de una potente energía para realizar la proeza hidráulica, hoy irrepetible, que llevó a cabo, salvo que se utilice el poder destructor del átomo. Para los indios el agua significaba la alianza entre el Cielo y la Tierra, pero también la hambruna y el desastre de sus sementeras cuando las inundaciones cubrían sus tierras. Era el caso de la Sabana de Bogotá, inutilizable por estar convertida en un inmenso lago "desde tiempos muy atrasados", como escribía en 1624 Fray Pedro Simón en sus "Noticias Historiales del Nuevo Reino de Granada". Pero cuando el maestro Bochica supo de tal aflicción, ofreció solucionarla poniendo por testigo a Cuchavira (el arco iris) y lo cumplió desde las orillas de la gran inundación. Aquella vez, subido a una pequeña eminencia del terreno, extendiendo su brazo, "arrojó entonces la vara de oro que tenía en las manos, abriendo esta brecha suficiente en las rocas del Tequendama, por donde se precipitaron las aguas dejando enjuta la llanura y más fértil por el limo acumulado" (E. Uricoechea. "Memorias Neo Granadinas". 1854).
En presencia de Cuchavira prometió desecar la gran sabana de Bogotá. ¿Utilizó la energía nuclear para realizarlo?
En el sistema referencial de los indios la vara de oro es un buen símil: llama la atención hacia el objeto desconocido capaz de haber pulverizado las rocas que represaban las aguas y, al darles salida, formar el salto del Tequendama, con una caída de 145 metros, al sur de Bogotá. ¿Pero qué pensar del aparato utilizado para desalojarlas en tan breve maniobra? Pudo tratarse de un minireactor en el que por desintegración del plutonio o de otro elemento radiactivo - por ejemplo, el uranio 235 -, se obtuvo una fuente de energía muy poderosa, tan eficaz que en pocos segundos produjo el vaciamiento del lago. No de otra manera se explica esta asombrosa operación hidráulica que, si quisiéramos acometerla hoy día, demandaría una estrategia similar, costosa y de alto riesgo. Dicen que luego del fulgurante disparo del haz lumínico, escapado de la vara de oro manejada por Bochica, los acantilados se evaporaron. Las aguas de los pantanos hervían al soplo de un fuego abrasador y la luz del Sol se opacó con las cenizas y el polvo que esmerilaban el entorno. Los árboles perdieron sus hojas, abatidas por el torbellino salido de las entrañas del valle y, aun cuando era sua-mena (mediodía), apareció Za (la noche) cubriendo toda la Naturaleza. Las aves huyeron espantadas y los animales de los páramos, enloquecidos, no sabían qué dirección tomar. ¿No es éste el patético relato de una explosión atómica dirigida, como las realizadas en el desierto de Mojave o en el atolón de Mururoa?

LA TEORÍA DEL ÉXODO

En Colombia la historia oficial y, desde luego, quienes la escriben consideran a Bochica como un personaje extraño insertado en las sugestivas leyendas puestas a rodar en Amerindia por la imaginación popular. No le conceden categoría humana; pues sólo así la formidable y tecnificada civilización chibcha resultaría del impresionante talento creativo y del ingenio de los nativos, refractarios a cualquier tipo de intervención o de coloniaje cultural. Ni para qué hablar, entonces, de su origen extraterrestre. Menos aún del extravagante suceso de las Serranías de Pasca, que exacerba a los académicos. Ellos admiten al extraño Dios de las tribus andinas no como persona física y mental, sino como "un proceso sociológico de enseñanza artesanal y política, pero, además, de adoctrinamiento religioso". Esta teoría, que no carece de atractivo, la presenta el profesor Gabriel Camargo Pérez, miembro de la Academia Colombiana de Historia, calificado como el mayor especialista nacional en tradiciones del pueblo chibcha y autor de varios libros sobre este tema. Para él, Bochica "es un fascinante mito de la prehistoria colombiana que, sin duda, radica en la andadura de los primeros hombres que descubrieron y cruzaron las cuencas fluviales de la Amazonía y la Orinoquía de este país en un viaje admirable". Añade, además, que "el remoto origen de tan amañada imagen habría que buscarlo en las migraciones transmarítimas que sucesivamente arribaron algún día, en la época del proto-poblamiento continental, y luego aparecieron en el altiplano Cundiboyacense para estacionarse aquí durante siglos". Camargo Pérez, durante la entrevista que le hice en exclusiva para Espacio y Tiempo, apoyó su convicción en precisiones que abren espacio para cotejar el mito o la leyenda de Bochica a partir del supuesto de que no se trató de un hombre de carne y hueso. sino de un grupo más o menos numeroso de personas que "balseando" por la inmensa red fluvial surcolombiana llegaron hasta la sabana de Bogotá, en el centro oriental del país, hace 12.500 años. y. tras un lento nomadismo exploratorio. se radicaron en estas tierras. Por otra parte, agrega el profesor Camargo, "si gentes ilustradas crearon parábolas bíblicas, dioses del Olimpo, ciudadanos atlantes. alfombras mágicas y miles de fantasmagorías, debemos aceptar que quienes no habían recibido legados escritos, ni revelaciones evangélicas, envolvieron en mito el origen del Universo y de muchas cosas y personas. Por eso debemos recurrir, y estamos recurriendo, al prodigio de las ciencias modernas, y con la ayuda de Dios, para interpretar los secretos que ha escondido la historia en el arcano del tiempo y aproximarnos a la esquiva pero justa verdad de Bochica".

HEREDERO DE LA SABIDURÍA INTERIOR

El suceso humano de Bochica es, para el astrónomo, ingeniero y geógrafo Juan José Salas, director del Planetario de Bogotá y científico muy reputado en Colombia, un asunto muy serio del cual aún no se ha dicho todo. "Nos hemos contentado con candorosas reseñas de su peripecia y pare de contar". Considera Salas que "por carencia de pruebas, puesto que las encontradas hasta ahora son insuficientes, este personaje continúa, a la luz de la ciencia, bajo el irritante rótulo de mito. Pero, de acuerdo a las tradiciones religiosas de los aborígenes colombianos, es un auténtico personaje excepcional por sus conocimientos y su destreza en la realización de obras difíciles"... "No olvidemos que las religiones de los pueblos antiguos acogen dioses y personas bienhechoras que hacen tránsito en la historia local, se destacan por sus merecimientos y desaparecen luego. Esta es una constante universal aun en comunidades de bajo perfil cultural. Nuestro personaje desarrolla el magisterio de lo práctico y lo útil. Desde tejer mantas hasta desvelar el secreto mundo de los astros". Al preguntarle si Bochica pudo haber desecado la inmensa sabana de Bogotá y cómo lo hizo, Salas apuntó que "la varita mágica de oro da mucho que pensar. No se puede tomar como una alegoría sin fundamento, pues, además de manifestar un alarde de conocimientos superiores, evidencia la posibilidad de que fuera un experto en el manejo de las aguas y que con la construcción de canales, acequias y atarjeas las evacuó. Hoy podríamos hacerlo, pero en aquellos tiempos  debió ser empresa muy difícil. Pienso que en edades muy anteriores se crearon tecnologías gracias a los cocimientos heredados, por supuesto, de otra Humanidad que pobló la Tierra hace millones de siglos. Humanidad portentosa por su saber, desaparecida en circunstancias que son un secreto. Tal vez por la acción de catástrofes naturales, epidemias asoladoras o procesos degenerativos incontrolables. Esto pudo ser así, como también que nuestro Bochica sea el heredero de esa pro-.funda sabiduría perdida, como él, en la oscura franja del pasado".

ADIÓS MAESTRO

La aparente "defunción" de Bochica, el extraterrestre precolombino, desborda la realidad para penetrar en el campo de lo sobrenatural. Para los cronistas del siglo XVI fue lo más obvio y, por lo mismo, le dedicaron pocos renglones. Suficientes para redactar un fascinante capítulo de ciencia ficción. El Padre Simón, en sus "Noticias Historiales", da fe del acontecimiento luctuoso e incluso cae en la exageración. Calcula la permanencia terrestre de Bochica en cifra bimilenária, que sobrepasaría la existencia biológica de cualquier mortal, así fuera un longevo patriarca bíblico. Reseña, además, los últimos sunas (meses) de su vida social itinerante, por cierto muy activa, cuando visita a los caciques amigos, organiza "talleres" para enseñar la fabricación de telares y la tinturación y tejido de mantas, dejando, a manera de manual de instrucciones, un diseño mecánico pintado "en alguna piedra lisa y bruñida, por si se les olvidaba". En su manuscrito, el religioso lo hace "desaparecer" en el Valle Sagrado del templo solar como por arte de encantamiento. Y nuestro personaje hace mutis en el escenario del suceso. Para Fernández de Piedrahita el asunto merece más atención. Ocurre en el entorno geoantropológico al que alude la pluma de su colega, o sea, el Valle del Suamox, centro religioso justamente llamado "La Roma de los Chibchas". Su relato es más minucioso y explícito, al añadir elementos de juicio que lo mejoran notablemente: "hacer morir" a Bochica de muerte prosaica, para luego "catapultarlo" al Cielo "en el mesmo cuerpo, no en ánima".
Olvidó, por supuesto, contarnos quiénes se encargaron de poner en órbita al ilustre difunto y el "empaque" en que fue "remesado", datos que hubieran aclarado este inquietante enigma. De aquí en adelante persiste el misterio en torno al personaje más popular de las leyendas colombianas. De él se puede decir todo: que no fue terrestre, sino inmigrante de mundos ignotos; que es tan sólo un mito para decorar la prehistoria del Nuevo Mundo; que tampoco fue de carne y espíritu, sino la personificación de un pueblo buscando su espacio en la Historia Universal. 
Antonio M. Benitez, pintor primitivista, recidente en uno de los sitios frecuentados por Bochica, alegoriza así su presencia entre los Chibchas








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